La genética, mucho más allá de determinar nuestra apariencia física, juega un papel fundamental en la configuración de nuestra personalidad, predisposiciones a enfermedades y hasta nuestros patrones de sueño.

Aunque no somos prisioneros de nuestro código genético, comprender cómo heredamos rasgos de nuestros padres nos permite tomar decisiones más informadas sobre nuestra salud y bienestar.

La periodista científica Sarah Romero, del sitio web Muy Interesante, destaca en un reciente artículo una lista de características que podrían provenir de la herencia familiar.

La miopía, por ejemplo, se transmite a través de generaciones, al igual que el daltonismo, asociado al cromosoma X, explica Romero.

No solo rasgos físicos como el color de ojos o la altura están determinados genéticamente.La inteligencia, aunque no está codificada en un solo gen, resulta del complejo entrecruzamiento de múltiples genes heredados de ambos padres.

La influencia del padre y la madre es similar, sin que uno tenga una preponderancia sobre el otro, aclara Romero.

Tampoco se quedan atrás las predisposiciones a enfermedades.La presencia de mutaciones en genes como BRCA1 y BRCA2, por ejemplo, puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de mama, ovario y próstata, independientemente del género.

La susceptibilidad a adicciones a sustancias como el alcohol y las drogas también se ve influenciada por la genética.

Variaciones en genes relacionados con neurotransmisores como la dopamina y la serotonina pueden afectar nuestra percepción de estas sustancias y aumentar la probabilidad de desarrollar adicciones.

Romero también menciona el tipo de cerumen, que puede ser húmedo o seco, dependiendo del gen ABCC11, así como la predisposición a ciertos patrones de sueño, incluyendo la tendencia al insomnio.

Estudios recientes sugieren que el insomnio puede heredarse, especialmente por vía materna, afirma la periodista científica.

Entender cómo la genética influye en nuestra vida nos permite tomar decisiones más conscientes sobre nuestra salud.

Si bien no podemos alterar nuestro código genético, adoptar un estilo de vida saludable, realizar pruebas genéticas preventivas y buscar asesoramiento médico personalizado pueden ayudar a mitigar los riesgos asociados a predisposiciones heredadas.