La diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres es un fenómeno ampliamente documentado por la comunidad científica.
Estudios meticulosos han revelado que las mujeres viven, en promedio, más años que los hombres, una tendencia observada no solo en humanos sino también en diversas especies animales.
Diversas investigaciones apuntan a un complejo entramado de factores biológicos y conductuales como responsables de esta brecha.
El análisis de 101 especies animales salvajes publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) reveló que las hembras vivían un 18,6% más que los machos.
En humanos, la diferencia es de 7,8 años, aunque significativa, menor que en el reino animal.
Estudios realizados en centros psiquiátricos estadounidenses han descubierto que hombres a quienes se les extirparon los testículos vivieron 14 años más que aquellos que conservaron sus gónadas.
Este hallazgo sugiere una posible influencia negativa del estado hormonal masculino, asociado a altos niveles de testosterona y comportamientos de riesgo, sobre la longevidad.
La masculinidad, con sus implicaciones hormonales y conductuales, parece estar ligada a un mayor riesgo de enfermedades y muerte prematura, explica el Dr. Juan Pérez, especialista en endocrinología.
Investigaciones sugieren que los niveles elevados de testosterona podrían aumentar la susceptibilidad a ciertos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Del componente hormonal, el sistema inmunológico también juega un papel crucial en esta diferencia.
Las mujeres presentan un sistema inmune más robusto, lo que les confiere mayor resistencia a infecciones y enfermedades crónicas.
Esto se traduce en una menor probabilidad de sufrir complicaciones graves y una esperanza de vida prolongada.
El sistema inmunitario femenino parece estar mejor preparado para combatir agentes patógenos y reparar daños celulares, afirma la Dra.
María Rodríguez, investigadora del área de inmunología.Esta ventaja inmunológica contribuye significativamente a la mayor longevidad femenina.
Aspectos conductuales también influyen en esta disparidad.Los hombres tienden a asumir riesgos innecesarios y participar en actividades peligrosas con mayor frecuencia, lo que aumenta su vulnerabilidad a accidentes e incidentes mortales.
Las conductas impulsivas y la búsqueda de sensaciones intensas son rasgos más comunes en los hombres, señala el psicólogo Dr. Luis García.
Estos comportamientos pueden tener consecuencias negativas para la salud y la supervivencia.
La investigación sobre las razones detrás de la menor esperanza de vida masculina es crucial para comprender mejor las diferencias biológicas y conductuales entre sexos y desarrollar estrategias para mejorar la salud y la calidad de vida tanto para hombres como mujeres.