Formada por niños y adolescentes entre 11 y 17 años, esta agrupación musical se ha convertido en un símbolo del fervor artístico que late en la provincia.
Los jóvenes músicos, alumnos de la Escuela Provincial de Música y Danzas Tradicionales Argentinas N 6032, deleitaron al público con una variada selección de géneros musicales que incluyeron tango, folclore, clásico y rock.
Valeria Torres, nieta del bandoneonista Agustín Torres, quien impulsó la creación del taller de bandoneón en la escuela, expresó con orgullo: Me enorgullece enseñarles a estos jóvenes.
Gracias al trabajo realizado, varios de nuestros alumnos ya se han destacado como bandoneonistas en otras ciudades.
La escuela, que funciona desde 1987 en el edificio ubicado en la calle Vicario Toscano 280, ha experimentado un crecimiento notable en la matrícula del taller de bandoneón.
Valeria Torres destaca: Cada año recibimos a más alumnos, pero lamentablemente el espacio disponible es limitado.
La pasión por este instrumento arraigado en la cultura argentina es evidente en los jóvenes músicos que integran la orquesta.
Nos sorprende cómo buscan aprender canciones de épocas pasadas con el bandoneón.Aunque escuchan música actual, nosotros nos encargamos de introducirlos a otros géneros, agrega Torres.
A pesar del entusiasmo y el talento que demuestran, la orquesta enfrenta un desafío importante: la falta de instrumentos.
Contamos únicamente con dos bandoneones, uno de estudio y otro profesional.Los que utilizamos para conciertos y viajes son prestados o alquilados debido al elevado costo del instrumento, que ronda los 4 millones de pesos, explica la profesora.
A pesar de las dificultades, la Escuela Provincial de Música y Danzas Tradicionales Argentinas N 6032 se ha convertido en un referente educativo en la región.
Del taller de bandoneón, ofrece clases de piano, violín, guitarra e instrumentos regionales de viento, así como la carrera de Profesorado de Música y Danzas.
Uno de los programas más destacados es la Tecnicatura en Luthería, única en su tipo en la región.
Con cerca de 50 alumnos provenientes de diversas partes del país y el exterior, esta tecnicatura se ha convertido en un polo de atracción para estudiantes interesados en aprender el arte de la construcción de instrumentos musicales.
La iniciativa de los jóvenes músicos de Cafayate no solo conmueve por su talento y dedicación sino también por su perseverancia en la búsqueda de recursos para seguir desarrollando su pasión por el bandoneón.
Su historia es un ejemplo del poder transformador de la música y la importancia de apoyar las iniciativas culturales que enriquecen nuestra sociedad.