Un equipo de investigadores ha presentado evidencia que apunta a la existencia de un conducto subterráneo y potencialmente accesible bajo un pozo abierto en la Luna.
La investigación, publicada en la revista científica Nature Astronomy, describe un túnel con una profundidad entre 130 y 170 metros, una longitud estimada de entre 30 y 80 metros y una anchura aproximada de 45 metros.
Este descubrimiento ha sido realizado por científicos de la Universidad de Trento, en Italia, y aporta nuevos conocimientos cruciales sobre la geología lunar.
Las temperaturas extremas que caracterizan a la superficie lunar, alcanzando los 127C en la cara iluminada y descendiendo hasta los -173C en la cara oculta, representan un gran desafío para las exploraciones prolongadas en el satélite.
Este hallazgo podría revolucionar el panorama de la exploración lunar.
Esta investigación nos abre nuevas posibilidades para entender la estructura interna de la Luna y cómo ha evolucionado a lo largo del tiempo, afirma el Dr. Marco Menna, uno de los autores del estudio.
La posible existencia de túneles accesibles podría ofrecer refugio de las condiciones extremas del ambiente lunar, convirtiéndose en lugares idóneos para futuras bases lunares.
Los investigadores analizaron datos de radar provenientes de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), de la NASA, obtenidos en el Mar de la Tranquilidad, el lugar donde el hombre pisó por primera vez la Luna en 1969.
La teoría sobre la existencia de túneles bajo la superficie lunar data de al menos medio siglo atrás, pero esta nueva investigación aporta evidencia tangible que cierra el debate.
El estudio se centró en un pozo llamado claraboya ubicado en el Mar de la Tranquilidad, una fosa con un radio de aproximadamente 100 metros.
Los científicos observaron un aumento significativo del brillo del radar en el lado oeste de la fosa, lo que sugiere la presencia de una cavidad que se expande desde ese punto.
La estructura que hemos detectado parece ser un tubo de lava vacío, probablemente formado durante erupciones volcánicas pasadas, explica Menna.
Estos tubos volcánicos podrían ser más comunes de lo que pensábamos, y su descubrimiento podría tener importantes implicaciones para futuras misiones lunares.
Las implicaciones de este hallazgo son vastas.Los túneles volcánicos accesibles podrían proporcionar un entorno relativamente templado en comparación con la superficie lunar, protegiendo a los astronautas y equipos de las temperaturas extremas y la radiación solar.
Estos túneles podrían albergar grandes depósitos de recursos minerales, lo que podría facilitar la creación de bases lunares autosuficientes.
Este descubrimiento abre nuevas fronteras para la exploración espacial, concluye Menna.La Luna ya no es solo un lugar para visitar, sino un posible hogar para futuras generaciones de humanos.