La Corona de Espinas Regresa a Notre Dame: Un Símbolo de Esperanza Tras las Centellas.
La Catedral de Notre Dame acogió este fin de semana un momento emotivo con el regreso de la Corona de Espinas, una de sus reliquias más veneradas, tras su rescate del devastador incendio de 2019.

La corona, símbolo de la pasión de Cristo y objeto de gran devoción, fue presentada en su nuevo relicario durante una ceremonia solemne, celebrada en medio de un ambiente cargado de simbolismo ante la reapertura del icónico templo después de cinco años de reconstrucción.

Hemos venido a acompañar hasta el relicario a la Santa Corona, declaró el arzobispo de París, Laurent Ulrich, dirigiéndose a los fieles congregados para la ocasión, que solo podía accederse bajo reserva.

La corona, protegida por un tubo circular de cristal y colocada sobre un cojín de terciopelo, estuvo expuesta sobre el altar durante la celebración antes de ser trasladada al relicario, donde se exhibirá para futuras generaciones.

La reliquia, una corona hecha de juncos entrelazados con hilo de oro, es considerada por la tradición como la que los romanos colocaron en la cabeza de Cristo antes de su crucifixión.

Adquirida por el rey Luis IX, San Luis de Francia, a su primo el emperador Balduino de Constantinopla en 1239, la corona fue inicialmente alojada en la Santa Capilla, un edificio gótico construido junto al antiguo palacio real para albergarla.

Posteriormente, fue trasladada a Notre Dame en el siglo XIX y, tras ser rescatada del incendio de 2019, quedó custodiada en la caja fuerte de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en el Ayuntamiento.

Junto a la corona, otras dos reliquias atribuidas a la crucifixión también se han instalado en un nuevo relicario: un clavo y un fragmento de madera de la cruz.

Este último, compuesto por un gran cajón de mármol que alberga el clavo y el fragmento de madera, y una estructura vertical metálica circular cubierta con cientos de cristales que reflejan la luz, donde se encuentra alojada la corona.

El arquitecto y diseñador Sylvain Dubuisson lideró el equipo de artesanos de la Fundación de Coubertin de París en la creación del relicario, que representa un esfuerzo por combinar tradición y modernidad.

La Corona de Espinas es un símbolo de esperanza y resiliencia, comentó Dubuisson.Su regreso a Notre Dame marca un hito en la reconstrucción del templo y el renacimiento de la ciudad.

El impacto emocional del regreso de la corona es palpable.La reliquia, que ha sido testigo del paso del tiempo y de numerosos acontecimientos históricos, representa una conexión tangible con el pasado y una fuente de fortaleza para el presente.

La reapertura de Notre Dame tras años de reconstrucción tras el incendio que la devastó es un momento histórico para París y para Francia en su conjunto.

El retorno de la Corona de Espinas simboliza no solo la recuperación material del monumento, sino también la capacidad del espíritu humano para superar las adversidades y encontrar nuevas formas de vida y esperanza.