Un clima de incertidumbre y preocupación se cierne sobre los trabajadores de la multinacional mendocina IMPSA luego de que la empresa notificara el pago parcial de los salarios correspondientes a noviembre.
Según fuentes internas, los empleados recibirán únicamente el 50% de su remuneración habitual, generando un fuerte malestar en el seno de la planta.
La noticia se suma a una serie de dificultades económicas que enfrenta IMPSA, agravadas por un pasivo considerable y una falta de ingresos suficientes.
La reestructuración financiera de la empresa, y la demora en la concreción de la adquisición propuesta por ARC Energy, son los principales factores que explican esta situación crítica.
Se están realizando todos los esfuerzos posibles para cancelar los haberes dentro de los plazos legales, afirmaron representantes de IMPSA, aunque sin ofrecer garantías concretas sobre el pago del restante 50% ni sobre el aguinaldo correspondiente a diciembre, un beneficio que ya había sido diferido en junio pasado debido a la promesa de capitalización por parte de ARC Energy.
Esta situación ha generado un clima de tensión palpable entre los trabajadores, quienes han visto sus ingresos disminuidos frente a una inflación que no cesa.
La reciente actualización salarial del 2.5%, considerada insuficiente para contrarrestar el impacto inflacionario, ha exacerbado la situación, llevando a algunos empleados a plantear acciones en caso de que se mantenga la incertidumbre sobre los pagos.
Este es un momento muy difícil para nosotros, expresó un trabajador de IMPSA quien pidió anonimato por temor a represalias.
Nos encontramos con una falta de comunicación clara y certera por parte de la empresa, lo que solo aumenta nuestra preocupación.
La situación actual en IMPSA ilustra las complejidades del panorama económico argentino, donde empresas importantes se enfrentan a dificultades financieras y sus trabajadores sufren las consecuencias directas de esta crisis.