La inflación de octubre podría superar las expectativas iniciales debido a un repentino incremento en los precios de los alimentos durante la última semana del mes.
A pesar de que estudios previos apuntaban a una inflación mensual por debajo del 3%, un nuevo informe revela que los alimentos registraron un alza del 1,7% entre el jueves 17 y el miércoles 23 de octubre, la variación más alta desde julio.
Según la consultora LCG, este fuerte incremento se debió principalmente a subidas en frutas (5,7%), lácteos y huevos (4,6%) y bebidas e infusiones (4,2%).
La variación mensual promedio llegó a 2,3%, mientras que la medición punta a punta de cuatro semanas se ubicó en 3,3%.
Este salto en los precios de alimentos es un factor preocupante porque puede complicar las proyecciones inflacionarias para octubre, señala Orlando Ferreres, analista económico.
Hasta la tercera semana de octubre, estudios como el de PriceStats, dirigido por Alberto Cavallo, mostraban una inflación del 2,36%, la más baja en los últimos tres años.
La nueva información de LCG pone en duda este escenario optimista.
Desde Libertad y Progreso, tras el relevamiento de unos 20 mil precios, apuntan a una inflación de 2,7% para octubre.
Por su parte, Equilibra estima un promedio de cuatro semanas de 2,9%, lo que se traduce en 3,2% para todo el mes.
Eco GO, a cargo de Marina Dal Poggetto, proyecta una variación mensual del 3% para octubre debido al incremento en alimentos.
El menor aumento en alimentos respecto a lo proyectado se compensó con aumentos mayores en otros rubros, detallan desde LCG.
En la última edición del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), los gurúes del mercado financiero estimaron una inflación mensual de 3,4% para octubre, apenas por encima de lo que espera el gobierno.
Para noviembre y diciembre, proyectan un mínimo rebote con incrementos del 3,3% y 3,6% respectivamente.
El impacto emocional de esta posible alza en la inflación es significativo para los ciudadanos argentinos, quienes ya enfrentan una situación económica precaria.
El aumento en los precios de alimentos básicos genera incertidumbre y preocupación sobre el futuro económico familiar.