Magui Choque Vilca, reconocida ingeniera agrónoma y defensora de la agrobiodiversidad, lleva años trabajando para rescatar las tradiciones culinarias andinas y conectarlas con una mirada científica.
Considerada la reina de las papas andinas, su labor se centra en preservar los cultivos nativos de su región natal, Jujuy, a través de la educación y la promoción de una cultura alimentaria consciente.
Choque Vilca destaca que la cocina es el mayor acto de amor ya que teje vínculos afectivos y transmite conocimientos ancestrales.
En este sentido, enfatiza la importancia de volver al origen de los alimentos y recuperar el saber ancestral perdido.
Nadie se pregunta de dónde vienen los cultivos, lamenta, señalando que muchos niños desconocen el ciclo natural de la producción alimentaria.
En su reciente visita a Córdoba, Choque Vilca participó en diversas actividades, incluyendo una charla en la Feria del Libro y una intervención en el Oliva para el Día de la Mujer Rural.
Su mensaje central gira alrededor de la soberanía alimentaria y la necesidad de revalorizar los alimentos locales y tradicionales.
Somos soberanos para poder decidir, afirma, entre la comodidad de ir a comprar del supermercado algo para que se cocine en 10 minutos o nos dedicamos a producir el alimento.
Su propuesta va más allá de una simple elección consumista.Choque Vilca aboga por un sistema de producción sostenible que promueva la regeneración del medio ambiente y la conexión con las raíces culturales.
Hay que regenerar no sólo en lo pragmático sino también hay que saber elegir el sistema de cultura alimentaria, sostiene, instando a la reflexión sobre el impacto real de nuestras decisiones alimentarias.
La Tecnicatura Superior en Cocinas Regionales y Cultura Alimentaria, creada por Choque Vilca en Tumbaya, Jujuy, se presenta como un espacio para integrar el conocimiento ancestral con la ciencia, brindando herramientas para una producción alimentaria consciente y sostenible.
A través de esta iniciativa, busca generar conciencia sobre la importancia de proteger la biodiversidad agrícola y recuperar los saberes tradicionales que sustentan nuestra alimentación.