Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un exoplaneta, bautizado como IRAS 041252902 b o TIDYE1b, que con tan solo 3 millones de años de edad se convierte en el planeta más joven jamás detectado.

Este hallazgo, publicado en la revista Nature, desafía los modelos existentes sobre la formación planetaria y abre nuevas perspectivas sobre el proceso de nacimiento de estos cuerpos celestes.

Ubicado a unos 500 años luz de distancia, TIDYE1b fue inicialmente descubierto por el satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA. Este planeta, con una masa diez veces mayor que la Tierra, orbita una estrella joven de 3,3 millones de años, ubicada en la constelación de Tauro.

Descubrir planetas como este nos permite mirar atrás en el tiempo y observar la formación planetaria en desarrollo, explica Madyson Barber, autora principal del estudio.

Este hallazgo es una mina de oro para la astronomía porque nos brinda un punto de referencia crucial para comprender cómo se forman los sistemas planetarios.

El descubrimiento de TIDYE1b plantea interrogantes sobre las velocidades de formación planetaria. Si bien la Tierra tardó entre 10 y 20 millones de años en formarse, este joven planeta sugiere que los procesos de acreción pueden ser más rápidos de lo que se creía anteriormente.

Las características únicas de TIDYE1b también incluyen su proximidad a su estrella, orbitando en apenas una semana, y la presencia de un disco protoplanetario desalineado alrededor del sistema estelar.

La edad de este planeta es mucho menor que cualquier otra estrella con un planeta en tránsito detectado hasta el momento, señala Barber.

Esto sugiere que TIDYE1b podría ser aún más joven que su propia estrella.

El disco protoplanetario desalineado, formado por polvo y gas, indica que la estrella y sus planetas todavía están en fase de desarrollo.

Los científicos especulan sobre posibles causas para este desalineamiento, como un encuentro estelar durante el proceso de formación del sistema.

TIDYE1b, con su corta edad, ubicación relativamente cercana a la Tierra y características inusuales, se convierte en un objeto de gran interés para la comunidad científica.

Su estudio promete revelar nuevos detalles sobre los procesos que dieron origen a los planetas en nuestra galaxia.