La ira judicial se cierne sobre la figura de un padre acusado de robarle a su hijo fallecido para satisfacer sus propios deseos.

Un juicio que ha conmocionado a la ciudad se desarrolla en la Sala I del Tribunal de Juicio.En el banquillo se encuentra un hombre acusado de estafa y administración fraudulenta, cargos que surgen de una acusación particularmente cruel: haber usado fondos destinados al tratamiento de su hijo enfermo de leucemia para comprar una casa y un auto.

El caso ha generado indignación pública, especialmente por la vulnerabilidad del menor, quien falleció a causa de la enfermedad el 10 de junio de 2020.

La expareja del imputado, madre del niño, denunció que el acusado inició una campaña de recaudación para financiar un tratamiento en Estados Unidos que costaría alrededor de 20 mil dólares.

El dolor por la pérdida de nuestro hijo se ha visto agravado por esta situación, expresó la mujer a través de sus abogados.

Utilizar el dinero destinado a su salud, la única esperanza que teníamos, para comprar bienes personales es una profunda falta de ética y un acto deshumanizante.

La investigación revela que el acusado compró una casa en barrio Santa Ana I el 22 de mayo de 2020, apenas un mes antes del fallecimiento de su hijo.

La coimputada, pareja actual del acusado, adquirió un vehículo días previos al deceso del menor, sin registrarlo a su nombre.

Estos hechos evidencian una clara intención de defraudar a quienes confiaron en el acusado para ayudar al pequeño, declaró el fiscal Federico Obeid durante la audiencia.

El juicio se lleva adelante con un tribunal colegiado integrado por los jueces Leonardo Feans, Martín Pérez y Javier Araníbar.

El Ministerio Público está representado por los fiscales Ana Inés Salinas Odorisio y Federico Obeid.

La sentencia en este caso es esperada con gran expectativa, no solo por la gravedad de los cargos, sino también por el impacto emocional que ha generado en la comunidad.