Una profunda crisis política sacude a Corea del Sur tras la detención del general Moon Sang Ho, jefe del Mando de Inteligencia de Defensa, y su antecesor, Noh Sang Won.
Las autoridades investigan la posible participación de ambos oficiales en los preparativos de la controvertida declaración de ley marcial por parte del presidente Yoon Suk Yeol, una medida que fue revocada rápidamente por el Parlamento y que desencadenó un proceso de destitución del mandatario.
La policía sospecha que Moon envió tropas bajo su mando a la oficina de la Comisión Electoral Nacional en Gwacheon, justo después del anuncio de la ley marcial.
Esta acción sugiere una premeditación o participación activa en los planes del presidente Yoon, indica una fuente de Yonhap, la agencia oficial de noticias surcoreana.
Las sospechas recaen sobre Noh por su presunto vínculo con el ex ministro de Defensa Kim Yong Hyun, quien intentó suicidarse mientras estaba bajo custodia tras ser imputado por su supuesta participación en los preparativos para la ley marcial.
Tenemos pruebas creíbles de que Noh colaboró con el ex ministro de Defensa, señala un portavoz policial.
El Partido Demócrata, principal fuerza opositora, acusa a Moon de haber redactado el decreto de ley marcial y de haber discutido las medidas posteriores con Kim Yong Hyun.
Estas revelaciones son alarmantes y demuestran una clara intención de subvertir el orden democrático, declaró un representante del partido.
Ante la crisis política, Yoon ha declarado que no renunciará al poder y ha prometido continuar trabajando para el bien del país.
En un mensaje a la nación, afirmó: Voy a reflexionar sobre las críticas recibidas, pero también sobre el apoyo que he recibido, y seguiré haciendo lo mejor para el país.
La decisión final sobre la destitución de Yoon recae en el Tribunal Constitucional, quien debe analizar la votación parlamentaria en los próximos días.