El sistema digestivo, complejo y esencial para la vida, puede ser vulnerable a diversas afecciones que impactan significativamente la calidad de vida de los pacientes.
Entre las patologías del aparato digestivo, dos se destacan por su alta prevalencia en las consultas médicas: la Dispepsia funcional y el Síndrome del intestino irritable (SII).
De acuerdo con datos del Grupo de Trabajo de Digestivo y de Fitoterapia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), estas enfermedades representan un 40% y un 15% respectivamente de las visitas a los médicos de cabecera.
Los trastornos digestivos funcionales, como el SII y la Dispepsia funcional, se caracterizan por síntomas recurrentes que afectan al tránsito intestinal, causando molestias abdominales, dolor, hinchazón, gases e incluso alteraciones en el hábito intestinal.
Su diagnóstico es complejo debido a la ausencia de marcadores objetivos y a la variabilidad de los síntomas, lo cual genera incertidumbre tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.
El término funcional suele estigmatizar a los pacientes y sus dolencias, explica la doctora Noelia Fontanillas Garmilla, especialista en Medicina familiar y Comunitaria y Coordinadora del Grupo de Digestivo de SEMERGEN. Debemos considerar que son enfermedades crónicas en las que el paciente refiere sintomatología gastrointestinal, pero las pruebas complementarias, analíticas o radiológicas son normales.
La doctora Fontanillas subraya la importancia de entender que estos trastornos no se limitan a síntomas físicos; el eje cerebro-intestino juega un papel fundamental.
Las situaciones de tensión y estrés, afirma, pueden aumentar el riesgo de padecerlos o agravar los síntomas.
Por ello, abordar el tratamiento desde una perspectiva holística, considerando tanto los aspectos físicos como los psicológicos, resulta crucial.
El doctor Luis Herrera, director médico de Schwabe Farma Ibérica, destaca la eficacia de la fitoterapia en el manejo de estos trastornos: Los avances en la investigación de fitofármacos han demostrado que la combinación de aceites esenciales de menta y alcaravea es eficaz para el tratamiento del SII y la Dispepsia funcional.
El abordaje integral del diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades, combinando estrategias farmacológicas, no farmacológicas y un enfoque centrado en la atención al paciente, es fundamental para mejorar su calidad de vida.
Se requiere una mayor investigación y concienciación sobre estos trastornos digestivos funcionales para que los pacientes reciban el apoyo y la atención necesarios.