Las tensiones entre Rusia y Moldavia se intensificaron tras la acusación del Servicio de Espionaje Exterior ruso (SVR) de que el gobierno moldavo planea una operación militar para recuperar el control de la región separatista de Transnistria.

La afirmación, calificada por las autoridades moldavas como desinformación grave y peligrosa, ha generado preocupación internacional y aviva los fantasmas del conflicto armado que marcó la década de 1990.

Según el SVR, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, habría ordenado elaborar un plan para tomar militarmente control de Transnistria, incluyendo la central termoeléctrica de la región, crucial para el suministro energético de Moldavia.

El comunicado del SVR menciona una reunión de Sandu con miembros del gobierno en la que se habrían discutido las acciones militares necesarias para expulsar a las fuerzas rusas de Transnistria.

Estas afirmaciones son completamente falsas y están destinadas a crear un clima de miedo e incertidumbre, declaró Adrian Balutel, jefe del gabinete presidencial moldavo, en una entrevista al portal Noi.md.

Balutel enfatizó el compromiso de Chisinau con la búsqueda pacífica de soluciones al conflicto en Transnistria y reiteró su demanda de la retirada completa de las fuerzas rusas de la región.

La situación actual recuerda al conflicto armado que se desencadenó en 1992 tras la declaración de independencia de Transnistria.

La intervención militar rusa a favor del separatista régimen transnistriano acutó una crisis que, aunque formalmente controlada, persiste hasta el día de hoy.

Las tropas rusas continúan desplegadas en la región junto con un arsenal de armas soviéticas estimado en unas 40.000 toneladas, generando constante tensión y desconfianza.

La presencia militar rusa en Transnistria es una amenaza para la seguridad de Moldavia y de toda la región, declaró un analista del think tank Atlantic Council.

El actual conflicto entre Rusia y Ucrania ha intensificado las preocupaciones sobre la posibilidad de que Transnistria se convierta en un nuevo punto de confrontación.

La comunidad internacional mantiene su atención centrada en el desarrollo de la situación, instando a ambas partes a dialogar y buscar una solución pacífica al conflicto.