La crisis política en Corea del Sur se intensifica después de que el líder del partido gobernante, Han Donghoon, pidiera la suspensión inmediata del presidente Yoon Sukyeol de sus funciones.

La solicitud surge tras revelarse que Yoon ordenó los arrestos de líderes políticos prominentes, incluyendo a Han mismo y al líder opositor Lee Jaemyung, durante una declaratoria de ley marcial.

Confirmo con pruebas fidedignas que el presidente Yoon dio órdenes de detenerme a mí, líder de mi propio partido, y a Lee Jaemyung, afirmó Han durante una reunión de emergencia del Partido del Poder Popular (PPP) en la Asamblea Nacional.

Estas acciones radicales que ponen al país en gran peligro podrían repetirse si el presidente sigue en el poder.

El escándalo expone una profunda crisis de confianza entre el gobierno y la oposición, con repercusiones potencialmente devastadoras para la estabilidad democrática del país.

La revelación de los planes de arresto, según medios locales como el diario Chosun, ha generado indignación pública y ha puesto en duda la legitimidad del régimen de Yoon.

La situación actual es extremadamente grave, declaró un analista político anónimo a este medio.

El presidente ha cruzado una línea roja al intentar silenciar a la oposición mediante la fuerza.Esto erosiona la democracia y abre la puerta a un autoritarismo aún más profundo.

La Asamblea Nacional se prepara para votar mañana sobre la destitución de Yoon, tras el pedido del PPP para que sus parlamentarios voten en contra del mandatario.

Esta decisión tendrá consecuencias significativas para el futuro político de Corea del Sur.Si la destitución es aprobada, se iniciaría un proceso constitucional para elegir a un nuevo presidente.

El líder del Partido Democrático (PD), Lee Jaemyung, también ha llamado a la inhabilitación inmediata de Yoon.

La presión sobre el presidente se intensifica mientras las protestas ciudadanas reclaman justicia y democracia.