El conflicto entre Israel y Siria se ha intensificado en las últimas semanas con un aumento significativo de los ataques aéreos israelíes contra objetivos dentro del territorio sirio.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), organización independiente con amplia red informativa en el país, ha confirmado una serie de bombardeos dirigidos a depósitos militares y radares en la región occidental de Siria.
Estos ataques se consideran los más violentos desde 2012, cuando Israel comenzó sus incursiones aéreas en Siria.
De acuerdo con el OSDH, aviones israelíes han atacado almacenes de misiles tierra-aire, ubicados en localidades como Harisun, Al Jarab, Malaka y Akkar, en la provincia de Tartús.
Se ha reportado un ataque a los radares del aeropuerto militar de Deir Ezzor, al noreste del país, y una explosión sin identificar en el puente sobre el río Éufrates que conecta Deir Ezzor con Hatla, una localidad bajo control de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
Israel argumenta que estos ataques son necesarios para neutralizar el arsenal militar del régimen sirio, el cual podría caer en manos de grupos armados como Hayat Tahrir al Sham (HTS), considerado una organización terrorista por varios países.
Nuestro objetivo es impedir que armas sofisticadas caigan en manos equivocadas y representen una amenaza para la seguridad de Israel, declaró un portavoz del Ministerio de Defensa israelí.
Las acciones israelíes han sido criticadas por algunos sectores internacionales como una escalada de violencia que agrava la crisis humanitaria en Siria.
Estos ataques solo aumentan el sufrimiento de la población civil siria, que ya está afectada por años de guerra y violencia, señaló un representante de Naciones Unidas.
El impacto emocional de estos bombardeos sobre los civiles sirios es innegable.La incertidumbre, el miedo constante y la destrucción de infraestructuras esenciales agravan la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran.