Miranda, una pequeña luna de Urano con un paisaje tan extraño como fascinante, podría albergar un océano líquido en su interior, según un nuevo estudio realizado por el Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins en Maryland.
Este descubrimiento revolucionaría nuestra comprensión de la composición y la historia de esta luna, que ha sido descrita como el monstruo de Frankenstein por la NASA debido a su configuración geológica inusual.
El hallazgo se basa en un análisis detallado de imágenes tomadas por la sonda Voyager 2 en 1986.El equipo de investigación, liderado por el científico planetario Tom Nordheim, utilizó estas imágenes para estudiar la geología de Miranda y descubrió que las extrañas características de su superficie podrían ser resultado de fuerzas de marea generadas por las interacciones gravitacionales con otras lunas de Urano, así como de un calentamiento interno.
Este hallazgo es increíblemente sorprendente, afirma Nordheim en el comunicado oficial del estudio.
Podría colocar a Miranda entre los selectos mundos de nuestro sistema solar con entornos potenciales para sustentar vida.
Anteriormente se creía que Miranda era una simple bola de hielo, pero la analogía con Encélado, luna de Saturno descubierta por Cassini como un mundo oceánico en 2004, ha llevado a los investigadores a reconsiderar esta hipótesis.
Alex Patthoff, científico del Instituto de Ciencias Planetarias en Arizona y coautor del estudio, argumenta que el ballet orbital de las lunas de Urano podría haber ralentizado en algún momento de la historia, impidiendo que el interior de Miranda se congelara por completo.
Si el océano se hubiera congelado por completo, se habría expandido y habría causado grietas reveladoras en la superficie, que no están allí, explica Nordheim.
Los investigadores enfatizan la necesidad de obtener más imágenes de alta calidad para confirmar esta hipótesis y estudiar con mayor detalle las posibles lunas oceánicas de Urano.