Un escándalo sacude a Portugal tras la revelación de un canal de Telegram que alberga a cerca de 70.000 usuarios, principalmente hombres, quienes comparten fotografías y vídeos íntimos de mujeres sin su consentimiento.

Esta investigación conjunta del medio Público y la revista NiT ha puesto al descubierto una red oscura donde se vulnera la privacidad e integridad de miles de mujeres portuguesas.

El canal principal cuenta con 66.000 miembros, pero en él se distribuyen enlaces a subgrupos más pequeños, algunos con hasta 25.000 usuarios, creando un ecosistema aún más íntimo y peligroso para las víctimas.

Las imágenes no se limitan a contenido sexual explícito, sino que incluyen momentos cotidianos de las mujeres: comprando en el supermercado, caminando por la calle o ejercitándose en el gimnasio, capturando una invasión brutal de su vida privada.

Es un acto profundamente degradante y dañino, declara Ana Oliveira, abogada especialista en ciberdelincuencia, Estas mujeres son víctimas de violencia digital que puede tener consecuencias psicológicas devastadoras a largo plazo.

El uso del upskirting, consistente en tomar fotos bajo las faldas de las mujeres sin su consentimiento, es otra faceta preocupante de este caso.

Las imágenes se acompañan de comentarios degradantes y ofensivos, e incluso algunas incluyen la localización o el nombre de las víctimas, creando una espiral de humillación pública.

Desde principios de 2023, la legislación portuguesa considera delito la difusión no autorizada de imágenes íntimas que vulneren la privacidad, pero el upskirting aún carece de una sanción específica.

Es urgente que se adopten medidas legales más contundentes para proteger a las víctimas y castigar a los perpetradores, exige Maria Sousa, activista por la defensa de los derechos de la mujer.

Este escándalo expone las vulnerabilidades del ciberespacio y la necesidad de un enfoque multidimensional para combatir la explotación digital y proteger la dignidad de las mujeres en el mundo online.