La provincia sigue lidiando con las consecuencias devastadoras de una intensa tormenta que azotó varias localidades durante la pasada noche y madrugada.

La precipitación torrencial provocó crecidas en ríos, arroyos y cauces, dejando un saldo de rutas afectadas, daños a la infraestructura vial y afectaciones a hogares.

Las autoridades advierten sobre el estado precario de varias vías de comunicación. La Ruta Nacional 9, con trayectos afectados en Campo Alegre, Gallinato y La Higuerilla, así como la Ruta Nacional 68 entre Cerrillos, Los Álamos y El Carril, se encuentran transitables con extrema precaución.

Igualmente, la Ruta Nacional 51 entre el kilómetro 21 y 45 en Campo Quijano, la Ruta Provincial 23 entre Cerrillos y Rosario de Lerma, la Ruta Provincial 36 desde Quijano hasta La Florida, la Ruta Provincial 33 en Pulares (kilómetro 11) y la Ruta Provincial 21 en San Agustín (kilómetro 18), presentan severos daños por el paso del agua.

La situación es crítica, las lluvias han sido intensas y han generado un caudal considerable en los ríos y arroyos.

Hemos trabajado arduamente para despejar algunas vías, pero aún hay zonas inaccesibles, declaró un vocero de la Dirección Provincial de Vialidad.

En La Caldera, el Municipio ha emitido una alerta especial debido a las crecidas del río La Caldera y el Dique Campo Alegre.

Recomendamos evitar cualquier tipo de actividad en las márgenes del río y no transitar por caminos rurales cercanos, informó un funcionario municipal.

Se han reportado varios vehículos varados en diferentes puntos de la provincia, incluyendo La Viña, General Güemes y Rosario de Lerma.

Las viviendas también han sido afectadas por el ingreso de agua en varias localidades.En Cafayate se registró una importante cantidad de hogares inundados, pero según las autoridades no hubo necesidad de realizar evacuaciones.

En Orán, los bomberos trabajan para despejar árboles caídos que obstruyen la Ruta Nacional 50.

El impacto emocional de esta tormenta es palpable en las comunidades afectadas.

Los residentes han visto sus propiedades y medios de vida dañados, dejando un saldo de incertidumbre y desasosiego.

La reconstrucción de la infraestructura vial y los hogares afectados será una tarea compleja que requerirá del esfuerzo conjunto de las autoridades y la sociedad civil.