Un Legado Cultural Inigualable: El Museo Pajcha Ucasal, un espacio para la investigación y el encuentro con la historia.

En el corazón del campus de la Universidad Católica de Salta (UCASAL) se encuentra un espacio dedicado a preservar y difundir el legado cultural de América Latina: el Museo Pajcha Ucasal.

Este museo, fruto de una generosa donación de piezas por parte de Liliana Madrid de Zito Fontán, se ha convertido en un eje fundamental para la investigación, la docencia y la extensión universitaria.

Este lugar funciona como un verdadero laboratorio de aprendizaje, explica Constanza Diedrich, vicerrectora académica de UCASAL. Los estudiantes pueden interactuar directamente con las piezas, llevando a cabo investigaciones sobre arte e historia, mientras que el museo está abierto al público en general, democratizando el acceso a la cultura y acercando este valioso patrimonio a la comunidad.

La colección del Museo Pajcha Ucasal es una ventana al sincretismo cultural que caracteriza a América Latina.

Piezas provenientes de diferentes culturas andinas, algunas incluso de países vecinos, ilustran cómo las influencias precolombinas y europeas se fusionaron para dar lugar a nuevas expresiones artísticas únicas.

En este periodo de evangelización, con la aparición de los típicos ángeles arcabuceros, encontramos referentes de la pintura cusqueña que tan claramente va a representar este sincretismo cultural, destaca Diedrich.

Los textiles, cerámicas, objetos de arte sacro y alfarería exhiben la coexistencia de diferentes creencias y prácticas culturales, invitando a los visitantes a reflexionar sobre la complejidad de la historia del continente.

Más allá de su valor histórico y artístico, el Museo Pajcha Ucasal representa una apuesta por el futuro.

Se integra con otras iniciativas culturales de la universidad, como la editorial universitaria Eucasa, la Camerata y el coro universitario, creando un ambiente fértil para la creación artística y el diálogo interdisciplinario.

Entre las piezas más destacadas del museo se encuentra un antiguo petroglifo descubierto en la Quebrada del Toro, en Salta.

Este bloque de roca con inscripciones zoomorfas, geométricas y antropomorfas, datado entre el año 600 a.C. y el 1.000 d.C., es un ejemplo claro del arte rupestre utilizado como marcador territorial por los pueblos originarios.

La puesta en valor de este petroglifo, que puede apreciar todo aquel que se llegue hasta el campus universitario, invita a reflexionar sobre nuestra identidad y la recuperación de la memoria colectiva de antiguos pueblos, concluye María Lujan Bravo Garay, antropóloga y docente de UCASAL.