El Reino Unido ha cerrado su última central eléctrica de carbón, marcando un hito histórico en su lucha contra el cambio climático y sentando un ejemplo para el mundo.

El cierre de la planta de Ratcliffe-on-Soar, que estuvo en funcionamiento durante más de 140 años, simboliza no solo el fin de una era energética, sino también el comienzo de una nueva etapa donde las energías renovables toman protagonismo.

La historia del carbón en el Reino Unido está inextricablemente ligada a la Revolución Industrial, impulsando su transformación en una potencia mundial.

El cierre de las centrales eléctricas de carbón es un paso crucial en la lucha contra el cambio climático, afirma David Dixon, experto en energía renovable.

No solo reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que abre camino a un futuro energético más sostenible.

En Reino Unido, la proporción del carbón en la generación eléctrica ha disminuido drásticamente desde el 40% en 2012 hasta virtualmente cero en la actualidad.

Este cambio se debe, en gran medida, a una política decidida del gobierno para promover energías limpias como la eólica y la solar.

Las energías renovables ahora representan el 34% de la electricidad generada en Reino Unido, mientras que el gas natural mantiene una cuota similar.

La inversión en parques eólicos, tanto terrestres como marítimos, ha sido fundamental en este proceso.

El Reino Unido se ha convertido en un líder mundial en energía eólica marina, destaca Dixon.Su posición geográfica y las políticas gubernamentales han impulsado la innovación y el desarrollo de esta tecnología.

A pesar del éxito del Reino Unido, muchos países, especialmente aquellos en desarrollo, siguen dependiendo del carbón para su generación eléctrica.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el carbón representa aún un 35% del mix energético mundial.

El ejemplo del Reino Unido demuestra que la transición hacia una economía post-carbón es posible.

El fin del carbón no solo es un triunfo ambiental, afirma Sarah Jones, directora de Greenpeace UK, sino también una oportunidad para crear empleos verdes y construir un futuro más sostenible.

La eliminación del carbón tiene implicaciones económicas positivas.Las energías renovables como la solar y la eólica están experimentando una caída vertiginosa en sus costos de producción, haciéndolas cada vez más competitivas con los combustibles fósiles.

Tecnologías emergentes como el hidrógeno verde y las baterías de almacenamiento energético tienen el potencial de revolucionar el sector energético.

A medida que más países imiten el modelo del Reino Unido, la transición hacia un futuro post-carbón se acercará cada vez más a la realidad.

El camino hacia un mundo sin carbón será desafiante, pero los beneficios para el planeta y para las generaciones futuras son innegables.