La provincia de Salta se encuentra sumida en una profunda tristeza tras la inesperada pérdida del padre Javier Romero, Vicario Episcopal de la Catedral de Salta.
La noticia, confirmada por el padre Chauque, ha generado conmoción entre los fieles, quienes recuerdan con afecto su dedicación y entrega pastoral.
El padre Romero era una figura prominente en la vida religiosa salteña, especialmente durante las Fiestas del Milagro, donde desempeñaba un papel crucial en la organización de la procesión del Señor y la Virgen del Milagro, patronos tutelares de Salta.
Su labor pastoral y su cercanía con la gente le granjearon el cariño de numerosos salteños.
El padre Javier era más que un sacerdote, era un amigo, un guía espiritual para muchos de nosotros, expresó una fiel, visiblemente afectada por el fallecimiento.
Su ausencia dejará un vacío enorme en nuestra comunidad.
Expertos en temas religiosos señalan la importancia del papel del padre Romero en la vida religiosa de Salta.
Su compromiso con su fe y su entrega a los demás inspiraban a quienes lo conocían, afirmó un especialista.
Su legado perdurará en el corazón de todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerlo.
La comunidad salteña se encuentra en duelo por la pérdida de este sacerdote querido y respetado, quien dedicó su vida al servicio de Dios y a su comunidad.
El impacto emocional de su partida se extiende más allá del ámbito religioso, dejando un vacío en la vida social y cultural de Salta.