El eco macabro del pasado: La liberación inminente de Ariel Brandán, cómplice en el brutal asesinato de Octavio y Melanie Leguina.

La provincia de Salta se encuentra conmovida por la posibilidad de que Ariel Esteban Brandán, condenado junto a Marcelo Alejandro Torrico por el trágico crimen de los niños Octavio (6) y Melanie Leguina (9), regrese a la sociedad tras cumplir más de 25 años de prisión.

La solicitud de libertad condicional, que se sumó al pedido similar presentado previamente por Torrico, ha despertado un intenso debate en torno a la justicia y la reparación del daño causado a las víctimas.

El caso, que conmocionó a Salta en mayo de 1998, sigue siendo una profunda herida abierta en la memoria colectiva.

Los hermanos Leguina fueron encontrados sin vida en un descampado de La Silleta, sufrían los efectos de drogas y Melanie había sido víctima de abuso sexual.

Torrico y Brandán, quienes mantenían reclusión en el penal de Villa Las Rosas, alegando haber cumplido con la pena mínima prevista por ley, buscan poner fin a su condena.

Este caso no puede quedar impune, declara un familiar de las víctimas afectado profundamente por la posibilidad de que los asesinos de sus seres queridos recuperen su libertad.

La solicitud ha generado una ola de indignación y temor en la comunidad salteña.La familia Leguina busca justicia y reparación, mientras que la sociedad reflexiona sobre el impacto psicológico de estos crímenes y las responsabilidades penales a largo plazo.

El caso también pone de manifiesto la complejidad del debate en torno a las penas de prisión.Si bien la ley establece plazos máximos para las condenas, la posibilidad de que los criminales puedan volver a la sociedad genera debate ético y social.

Algunos argumentan que la reintegración social es un objetivo fundamental, mientras que otros defienden la seguridad pública como prioridad indiscutible.