La comunidad de Cerrillos enfrenta un grave problema que pone en riesgo su salud y bienestar: la instalación de una fundición de metales ferrosos a solo seis metros de viviendas.

Vecinos autoconvocados denuncian irregularidades y falta de transparencia en el proceso, acusando a la exintendenta Yolanda Vega de favorecer los intereses económicos por encima de la seguridad ciudadana.

Desde 2020, la empresa Metalnor ha construido una fundición en un terreno ubicado sobre la Ruta Provincial 26, sin considerar las implicaciones ambientales y sociales para los residentes del área.

Elizabeth Avendaño, vocera del grupo vecinal, relata que la construcción se inició en plena pandemia, desmontando 42 hectáreas a escasos metros de nuestros hogares.

Al principio pensábamos que era un emprendimiento inmobiliario, pero al descubrir la verdadera naturaleza del proyecto nos dimos cuenta del peligro que representaba.

La preocupación principal de los vecinos reside en el impacto potencial de la fundición en su salud y el medio ambiente.

Una planta de este tipo genera emisiones tóxicas y partículas contaminantes que podrían afectar el aire, el agua y la vida de miles de personas, explica Avendaño.

La cercanía de la fundición a una escuela, un centro de salud y varios colegios secundarios agrava aún más la situación.

Los vecinos han emprendido acciones legales para frenar la construcción y operación de la planta.

En 2021 presentaron un amparo judicial, pero Vega firmó el certificado de aptitud ambiental días antes de dejar el cargo, permitiendo que la obra continúe.

A pesar de las numerosas denuncias y evidencias presentadas ante las autoridades, no se ha tomado ninguna medida efectiva para proteger a la comunidad.

La falta de un plan de contingencia por parte de Metalnor es otro punto crítico.En caso de un accidente, como una fuga de gases tóxicos, la única vía de evacuación sería la Ruta Provincial 26, lo que podría generar un caos y poner en peligro a miles de personas.

Este proyecto es un desastre en todos los sentidos, afirma Avendaño.No solo nos afecta a nosotros, sino a toda la región.