El mundo musical salteño se encuentra envuelto en una profunda tristeza por el fallecimiento de Doña Justina Aparicio, una figura icónica de la copla tradicional.

La reconocida artista, quien falleció a la edad de 97 años, dejó un vacío insustituible en el corazón de quienes la conocieron y admiraban su talento.

Los restos de Doña Justina fueron velados en Pieve, donde vecinos y familiares se congregaron para rendirle homenaje a una mujer cuya vida estuvo dedicada al arte y a la preservación de la cultura salteña.

La ceremonia, cargada de emoción y respeto, reflejó el profundo cariño que la coplera había cosechado durante su trayectoria musical.

Doña Justina fue mucho más que una artista; era un símbolo viviente de nuestra identidad cultural, expresó Juan Pablo Sánchez, reconocido investigador del folklore salteño.

Su voz, llena de pasión y autenticidad, transmitía las historias y sentimientos de nuestro pueblo de manera única e irrepetible.

El legado de Doña Justina Aparicio se extiende más allá de sus melodías memorables.Su dedicación a la enseñanza de la copla ha inspirado a generaciones de artistas que hoy mantienen viva esta tradición musical.

Aprendí de ella no solo la técnica, sino también el valor de compartir nuestra cultura con el mundo, compartió Mariana Romero, una joven talentosa del género.

La comunidad local recuerda con cariño a Doña Justina como una mujer humilde y comprometida con su tierra.

Su partida deja un vacío que será difícil de llenar, pero su música continuará resonando en los corazones de quienes la conocieron y admiraron.