Una escena de aparente terror se vivió recientemente en la Avenida Entre Ríos de Salta, cuando una ciudadana que se encontraba transitando por el lugar alertó a otros transeúntes sobre lo que parecía ser un cuerpo sin vida dentro de un negocio.
La mujer, conocida por su afición a leer el periódico local Que Pasa Salta, comenzó a gritar al presenciar la figura inmóvil en el interior del local comercial.
El alarmante anuncio provocó una inmediata reacción por parte de los peatones que se acercaron con cautela al sitio.
La mujer, impulsada por la preocupación y la incertidumbre, decidió acercarse para confirmar la situación.
A medida que se aproximaba al supuesto cuerpo, se dio cuenta de que se trataba de un maniquí caído en el suelo.
En un momento pensé que era algo grave, declaró la mujer al reconocer su error.El maniquí estaba muy colocado y a distancia parecía realmente aterrador.
La tensión del instante se disipó rápidamente cuando se descubrió la naturaleza inofensiva del objeto, dando paso a una atmósfera de alivio y risas entre los presentes.
Este incidente ilustra la rapidez con que la percepción puede ser engañada por elementos ambiguos en nuestro entorno.