
Síntomas y causas del estrabismo
El estrabismo es , aún hoy, una condición muy estigmatizada e incomprendida. Por ello, es importante saber cómo y por qué se produce, así como las molestias que puede causar a quienes la padecen y cómo se puede abordar.
¿Qué es el estrabismo?
El estrabismo es un trastorno en el que los dos ojos no se alinean en la misma dirección y, por lo tanto, no pueden enfocar el mismo objeto. Es comúnmente conocido como estrabismo o ojos cruzados.
En esencia, consiste en una falta de coordinación de los músculos que rodean cada ojo, que en condiciones normales trabajan juntos para que los dos ojos enfoquen en el mismo punto. Esta falta de coordinación hace que el cerebro reciba dos señales distintas, lo que implica cierta deficiencia en la capacidad visual . En los niños, el cerebro puede incluso adaptarse para ignorar la imagen que recibe del ojo más débil, lo que se conoce como ambliopía u ojo vago.
Por lo general , se desconoce la causa ; en otras ocasiones, puede estar relacionado con condiciones como el Síndrome de Apert, parálisis cerebral, rubéola congénita, hemangioma cerca del ojo, incontinencia pigmentaria, síndrome de Prader-Willi o lesiones cerebrales traumáticas.
En los adultos, en cambio, puede estar relacionado con el botulismo , la diabetes, la enfermedad de Graves, el síndrome de Gillain-Barré, las lesiones oculares, la intoxicación por mariscos, los accidentes cerebrovasculares o la pérdida de la visión por cualquier otra enfermedad.
¿Cuáles son tus síntomas?
Naturalmente, el estrabismo es fácil de detectar , ya que se puede ver a simple vista. Además, puede dar lugar a otros síntomas como:
- Visión doble.
- Ojos no alineados en la misma dirección.
- Movimientos oculares descoordinados.
- Pérdida de visión o percepción de profundidad.
Como es tratado?
Existen varias estrategias que muchas veces logran eliminar el estrabismo, o en todo caso minimizarlo significativamente. Sin embargo, para que se mantengan los beneficios, a menudo también es necesario abordar las deficiencias de la visión.
El primer paso, por tanto, sería recetar gafas a quienes las necesiten; si hay ambliopía, también habrá que colocar un parche sobre el ojo bueno, lo que obliga al cerebro a trabajar con el ojo más débil.
En algunos casos puede estar indicada la cirugía de los músculos oculares; sin embargo, como decíamos, si los problemas de visión no se corrigen, los beneficios de esta estrategia no suelen ser duraderos.