
Los casos en los que la combinación de gripe y neumonía puede ser letal
La gripe es una enfermedad que sufrimos de forma reiterada en las estaciones frías. La principal razón por la que invierno tras invierno nos enfrentamos a los virus que provocan la gripe se debe a su capacidad de adaptación y evolución para evadir nuestras defensas.
Estanislao Nistal Villan
- Virólogo y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia, Universidad CEU San Pablo
Pero también tenemos algo a lo que culpar. En épocas de frío pasamos muchas más horas en lugares cerrados y mal ventilados, junto a más personas, favoreciendo la propagación de patógenos en el aire. Y como el sistema inmunitario está más alterado de lo normal por el estrés que provoca el frío, estos patógenos aprovechan la situación para contagiarnos.
Al igual que los virus, muchas bacterias también causan estragos en esta época del año. Algunos nos invaden desde el exterior. Otros, que normalmente viven dentro de nosotros en simbiosis, ocupan tejidos donde no deberían crecer, como los pulmones.
Estas son bacterias que generalmente viven en nuestra boca, garganta y tracto respiratorio superior. En condiciones normales, nuestro sistema inmunológico evita que se nos vayan de las manos. Pero en determinadas circunstancias, sobre todo cuando se altera su hábitat, pueden provocar neumonía. Incluyen Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae o Pseudomonas sp., entre otros.
Gripe y bacterias: la alianza contra el sistema inmunológico
La gripe ha estado en guerra con los humanos durante siglos, y aunque ganamos la mayoría de las batallas, debilita parcialmente nuestro sistema inmunológico, causando daños en las vías respiratorias, inflamación y destrucción del tejido infectado.
Algunos estudios han demostrado que la proteína neuraminidasa de los virus de la influenza, que es responsable de descomponer los azúcares llamados ácidos siálicos en la superficie del epitelio respiratorio, libera estos azúcares al medio ambiente. Aunque el objetivo de descomponer los azúcares es liberar las partículas virales de la célula, las bacterias que normalmente habitan en nuestro sistema respiratorio las aprovechan. Esto, sumado a que el sistema inmunitario se distrae lidiando con la gripe, permite que la bacteria se adhiera a esos tejidos dañados, crezca y se multiplique. Y por supuesto, su crecimiento en exceso puede causar neumonía.
Estreptococos y estafilococos, los más peligrosos
Es bien conocida la posibilidad de desarrollar infecciones bacterianas oportunistas asociadas a infecciones por virus respiratorios, y especialmente por virus de la gripe. Especialmente en el caso de bebés, niños y ancianos, pueden agravar la enfermedad y aumentar la mortalidad.
Pero, ¿cuánto riesgo representan exactamente? ¿Qué bacterias y cuáles son las más importantes en orden de prioridad? ¿Podemos evitar que nos causen complicaciones? ¿Hay otros factores de riesgo que aumentan la gravedad de un paciente con gripe? Tener datos actualizados es útil para decidir cuál es la mejor manera de prevenir las complicaciones asociadas con la gripe y priorizar las medidas preventivas.
En un estudio realizado por el Laboratorio de Virología e Inmunidad Innata de la Universidad San Pablo CEU , en colaboración con investigadores del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, Hospital 12 de Octubre, Gregorio Marañón y la UNIR, hemos analizado pacientes datos con influenza obtenidos entre 2010 y 2020 de 135 estudios, con más de 48,000 pacientes de 28 países.
En este metaanálisis se han podido identificar los porcentajes de coinfección y los riesgos de mortalidad de cada una de las bacterias que nos infectan junto con la gripe. Los resultados han sido validados con casi cuatro millones de pacientes utilizando la herramienta TrinetX.
Bacterias que triplican el riesgo de que la gripe nos mate
Los análisis muestran que las principales coinfecciones reportadas en la consulta son causadas por las bacterias Streptococcus pneumoniae (30,7%) y Staphylococcus aureus (30,4%). Otras bacterias, como Haemophilus influenzae (7,1%) o Pseudomonas sp. (6,8%) también suponen un riesgo importante.
Además, se ha identificado que las coinfecciones de gripe y bacterias pueden aumentar hasta 3,36 veces el riesgo de mortalidad, casi el doble que la inmunosupresión, por ejemplo.
La edad es otro de los factores más determinantes asociados al riesgo de complicaciones por gripe en el caso de lactantes y ancianos. Otras condiciones como las enfermedades hematológicas, los trastornos neurológicos y las enfermedades renales y hepáticas crónicas presentan riesgos que podrían reducirse reforzando las campañas de vacunación contra los virus de la influenza y bacterias como el neumococo y Haemophilus influenzae tipo b.
Conocer los riesgos y tener un diagnóstico rápido también permitiría encontrar el tratamiento más eficaz no solo frente a la infección por virus de la gripe, sino también frente a las bacterias oportunistas que puedan aparecer. Algunas de ellas, como Staphylococcus aureus o Pseudomonas sp., así como muchas otras bacterias, suelen mostrar resistencia a los antibióticos. Elegir el mejor tratamiento lo antes posible puede prevenir complicaciones bacterianas.
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