
A 20 años de la toma de posesión de Kirchner, el líder que recuperó el valor de la política
Néstor Kirchner en el Congreso/Foto: Archivo. Néstor Carlos Kirchner asumió hace 20 años la Presidencia de una Argentina que atravesaba una profunda crisis socioeconómica , caracterizada por altos niveles de endeudamiento, marcado desempleo e instituciones cuestionadas como consecuencia de los efectos del estallido social de diciembre de 2001 que provocó la caída de Fernando De La Rúa y la difícil transición de gobierno liderada por Eduardo Duhalde.
El gobernador de Santa Cruz había accedido a la primera magistratura de manera inédita en lo que se refiere a la historia electoral del país.
En la primera vuelta electoral realizada el 27 de abril de 2003, Kirchner, junto a su compañero de fórmula Daniel Scioli, obtuvo el 22,24% de los votos en las elecciones en las que se impuso Carlos Saúl Menem con el 24,24%. de los votos emitidos.
Pero la decisión del riojano de no presentarse en una papeleta en la que todas las encuestas lo daban como perdedor, convirtió en presidente al entonces mandatario patagónico.
Las elecciones se realizaron en un país sacudido por la dura crisis económica provocada por la crisis de diciembre de 2001, que llevó a la renuncia de De La Rúa y al derrumbe del modelo de convertibilidad entre el peso y el dólar que había diseñado en la ' 90 el entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo.
Tras una racha de cinco presidentes que se sucedieron en menos de 15 días, Duhalde asumió la jefatura del Estado tras ser elegido por una Asamblea Legislativa que le dio el mandato de concluir el mandato iniciado por De la Rúa, que debía concluir en diciembre 2003.
presidencia de duhalde
Duhalde se vio obligada a modificar el tipo de cambio, lo que significó una devaluación superior al 400 por ciento e implicó un duro golpe para los asalariados, trabajadores informales y desocupados, cuyo número aumentó significativamente en los primeros meses de 2002.La represión a las organizaciones piqueteras que pretendían cortar el puente Pueyrredón que une a Capital Federal con el partido bonaerense de Avellaneda, el 26 de junio de ese año, derivó en los asesinatos de los líderes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán a manos de los Policía de la provincia de Buenos Aires.
Néstor con Cristina y sus hijos Máximo y Florencia/Foto: Archivo. El impacto de estos crímenes y los heridos que dejó esta represión repercutieron muy negativamente en una opinión pública que seguía cuestionando a la clase política con el eco de 'Qué se vayan todos', consigna que había sido pronunciada con fuerza durante la convulsa días del verano anterior.
Duhalde convocó entonces a elecciones anticipadas y aceleró los tiempos de entrega del gobierno , y tras una serie de negociaciones con sectores afines al peronismo, eligió a Kirchner como su candidato.
El paso al lado de Menem
Pero tras imponerse en la primera vuelta, Menem anunció que renunciaba a sus aspiraciones de llegar por tercera vez a la Presidencia, cuando faltaban apenas cuatro días para la segunda vuelta que se realizaría el 18 de mayo de 2003.Las encuestas que circulaban antes de esa segunda vuelta indicaban que el riojano iba a sufrir una rotunda derrota en esos comicios que prefería evitar.
Muchos analistas, en cambio, estimaron que la decisión de Menem fue quitarle a Kirchner la posibilidad de legitimarse en las urnas y dejarlo en condiciones de debilidad ante una sociedad que demanda soluciones urgentes.
En ese contexto, y con una tasa de desempleo y subempleo que alcanzaba al 25 por ciento de la población, Kirchner asumió la primera magistratura, con el apoyo del 22 por ciento del electorado.
'Argentina ha optado por tener un gobierno por dos años', comentó entonces un editorialista de un tradicional matutino tras reunirse con Kirchner y conocer de primera mano el rumbo que pretendía darle a su gestión.
La reivindicación de los derechos humanos
Apenas iniciado su gobierno, Kirchner ordenó el retiro de 35 altos jefes militares , muchos de ellos sospechosos de haber participado en actos de terrorismo de Estado que quedaron impunes a raíz de las leyes sancionadas por Punto Final, Obediencia Debida. por el gobierno de Raúl Alfonsín- y los indultos emitidos por Menem.Esa decisión marcó el camino de una política de derechos humanos que promovería la derogación de esas leyes y el inicio de una doctrina de 'Memoria, Verdad y Justicia' por la cual se reanudaron los juicios por crímenes de lesa humanidad.
El 25 de mayo de 2003, Kirchner se pronunció ante la Asamblea Legislativa y, en un sentido discurso, habló en nombre de 'una generación que puso y dio todo por un país de iguales', y propuso a la ciudadanía perseguir 'el sueño de un Argentina con todos y para todos', en medio del difícil contexto que debió enfrentar la gestión que iniciaba.
Y esa fecha significó un reconocimiento para la generación de jóvenes que en la década del 70 había militado por el regreso al poder de Juan Domingo Perón y se movilizó en la campaña electoral encabezada por Héctor Cámpora, quien había asumido la jefatura del Estado el 25 de mayo de 1973. .
Tres décadas después, esa generación, que había sido diezmada durante el terrorismo de Estado, tenía la posibilidad de volver a un gobierno con la voluntad de cambiar la realidad.
'Los cambios hay que afrontarlos con determinación y valentía, avanzando sin pausa pero sin confiar en jugadas mágicas o salvadoras o genios aislados. Se trata de cambiar, no de destruir; se trata de sumar cambios, no de dividir. El cambio es aprovechar las diversidades sin anulándolos', afirmó Kirchner en uno de los pasajes de su discurso ante la Asamblea Legislativa.
Durante la ceremonia, el nuevo Presidente desconoció todos los protocolos y se permitió jugar con la batuta ante la mirada de los legisladores y autoridades presentes en el hemiciclo del Congreso.
Al ingresar a la Casa Rosada, se confundió con la multitud y un fotógrafo , en medio de un motín, lo golpeó sin querer en la frente con su cámara, provocándole una herida.
En Asunción, Néstor recibió un golpe que le abrió la cabeza/Foto: Archivo. 'Vengo a proponer un sueño: quiero una Argentina unida, quiero una Argentina normal, quiero que seamos un país serio, pero, también, quiero quiero un país más justo. Anhelo que se levante sobre la faz de la tierra una nueva y gloriosa Nación: la nuestra', fueron las palabras con las que cerró su discurso de toma de posesión.
En los primeros días de su gestión, Kirchner impulsó la renovación de la Corte Suprema con la mayoría automática diseñada por Menen.
Julio Nazareno, titular de ese desacreditado tribunal, había amenazado veladamente a las autoridades del nuevo gobierno con dictar sentencias que entorpecieran la administración de la economía.
En televisión nacional, Kirchner advirtió que no estaba dispuesto a aceptar presiones de este tipo y dio ímpetu a los pedidos de juicio político por 'mala actuación' contra los integrantes de la Corte de 'la mayoría automática'.
Nazareno y varios de sus ministros renunciaron a sus cargos para evitar que continuara el proceso de destitución.
En cambio, el juez de la Corte Eduardo Moliné O'Connor optó por permanecer en el cargo y enfrentar el proceso de juicio político, ya fines de 2003 fue destituido de su cargo por el Senado.
Mediante Decreto 222/03, el Ejecutivo estableció autolimitaciones a sus facultades para la selección y nombramiento de nuevos miembros de la Corte Suprema de Justicia.
Bajo este nuevo reglamento, fueron designados ministros Eugenio Zaffaroni, Elena Highton de Nolasco, Carmen Argibay y Ricardo Lorenzetti, quien luego fue elegido por sus pares para presidir la nueva corte, que ahora cuenta con siete miembros.
En materia regional, el gobierno de Kirchner diseñó una política de integración con las naciones latinoamericanas.
Kirchner-Scioli fue la fórmula ganadora/Foto: Alejandro Amdan. En materia económica, Kirchner acordó mantener al frente del Ministerio de Economía a Roberto Lavagna, quien había superado los momentos más difíciles de la crisis económica de 2002 y logró estabilizar las variables macroeconómicas.
Así comenzó un camino para renegociar la deuda externa con los acreedores externos privados para obtener un recorte del 75%.
Y en 2005, Argentina canceló una deuda con el FMI, lo que dejó de tener influencia en las decisiones de política económica del país.
Entre 2003 y 2007 (años del kirchnerismo) el país vio crecer su PIB por encima del 8 por ciento; Se retomaron las negociaciones de igualdad salarial y se restablecieron empresas como Correos, Aerolíneas Argentinas y la red pública de agua corriente.
El 10 de diciembre de 2007, Kirchner entregó el gobierno a Cristina Fernández de Kirchner, quien ganó las elecciones de ese año con el 45 por ciento de los votos.
Kirchner murió el 27 de octubre de 2010 en El Calafate, Santa Cruz, y más allá de sus aciertos y errores, dejó como legado su vocación de recuperar la política como herramienta de transformación de una sociedad.