
Un golpe inesperado a la ilusión
Ante Arabia Saudí fue un equipo falto de volumen de juego, lo suficientemente inocente como para caer en el planteamiento del rival, sin poder ofensivo, con jugadores que no estaban a su nivel y con errores defensivos que acabaron pagando con goles. Por todo ello, la derrota por 2-1 ante los árabes en su debut puede considerarse una de sus peores derrotas en la historia de la Copa Mundial de la FIFA.
Lo que a priori fue una fiesta, terminó siendo un velorio, pues el vigente campeón de América se adelantó con un penalti de Lionel Messi a los 10 minutos de juego, pero encajó dos goles al inicio de la segunda mitad, firmados por Saleh Al Shehri. y Salem Al Dawsari, que sentenció el primer batacazo de la competición.
Con esa derrota, la Selección de Lionel Scaloni se quedó sin margen de error para disputar los dos últimos partidos de la fase de grupos ante México, el sábado 26, y Polonia, el miércoles 30.
Los futbolistas de la Selección, diez de ellos debutantes en la máxima competición FIFA, protagonizaron una débil actuación colectiva, combinada con una preocupante respuesta emocional para enderezar el rumbo del partido, del que salieron visiblemente derrotados en medio del estupor de miles de argentinos. presente en Lusail.
Argentina se adelantó a los 10 minutos con un penal facilitado por el grupo arbitral, que vio como falta una sujeción subjetiva a Leandro Paredes a balón parado. El holandés Paulus Van Boekel llamó desde el VAR, el esloveno Slavko Vincic validó en la pantalla y Messi facturó con engaño al portero.
Una vez desbloqueado el marcador, la intuición de una cómoda victoria cambió ya que Arabia Saudí daba muestras de un equipo concentrado, compacto, aguerrido para la marca e infalible en el recurso de la posición adelantada. Solo en la primera parte, los 'Desert Hawks' provocaron 7 fueras de juego, tres de ellos para invalidar jugadas que terminaron en goles de Messi y Lautaro Martínez (2).
El primer acierto de la selección asiática, protagonista de la mayor hazaña del fútbol árabe, fue la presión asfixiante sobre los volantes argentinos, que molestó tanto a Leandro Paredes como a Rodrigo De Paul por el pase corto. Solo el 'Papu' Gómez pudo filtrar alguna calificación pero, por lo demás, el recurso argentino fue el envío largo para que Di María, Lautaro o Messi se escaparan de la última línea rival, armados por momentos con seis futbolistas. Más allá de la ventaja, la sensación de que la primera parte izquierda no fue buena y en el complemento un inicio terrorífico corroboraron que la tarde qatarí se dirigía a entrar en la historia negra del Seleccionado.
Por descuido defensivo, Al Shehri empató, que no pudo evitar un centro tardío de 'Cuti' Romero. Eso desató los peores minutos de Argentina en el partido. El equipo entró en un estado de parálisis que se verificó con el segundo tanto un tiempo después. Al Dawsari tuvo tiempo y espacio dentro del área para clavar el balón en el ángulo izquierdo de 'Dibu' Martínez y desatar un clima árabe infernal en el estadio.
Con más de media hora por delante, Argentina no pudo evitar la catástrofe deportiva, era un equipo apurado, nervioso y frustrado ante cada centro salvador de un futbolista saudí.
Scaloni pateó la pizarra con tres cambios simultáneos pero el funcionamiento fue el mismo. El partido argentino que marcó la previa se apaciguó porque la Selección no dio señales positivas para llegar al gol, a pesar de las enormes diferencias de jerarquía.
Ahora no hay margen de error, pero hay jugadores y equipo para que siga ardiendo la llama de la ilusión de ver a La Scaloneta jugar la final en ese mismo estadio el 18 de diciembre