
Si en 'Irreversible' deslumbró con sus tomas secuenciales cámara en mano, en 'Vortex' Noé aprovechó en todo momento el recurso de la pantalla partida en dos. Cuando se anuncia una nueva película de Gaspar Noé, uno espera sexo, drogas e imágenes brutales, algo de lo que se escapa el eterno 'enfant terrible' en 'Vortex', una película impactante por su simple crudeza y que se erige como una de las joyas del Mar Festival de Cine del Plata, donde se ve luego de su estreno mundial en Cannes.
La película ítalo-argentina 'Re Granchio', de Matteo Zoppis y Alessio Rigo de Righi, también se proyectó en la Competencia Internacional del certamen, que hipnotizó al público en su primera proyección en el Auditorio.
Luego de su paso por Cannes, era poco probable que la última película del director de 'Irreversible' apareciera en el catálogo de la 36 edición del único Festival Clase A en América Latina -que este año volvió a estar presente con modalidad mixta-, pero se trataba de una carambola de tres vías que no solo consiguió su proyección, sino también la presencia de Noé para presentarla en la sala.
Al enterarse de que el estreno estaría a cargo de 'Tres a la deriva en el acto creativo', película póstuma de Fernando 'Pino' Solanas en la que participa su padre, 'Yuyo', el director de 'Amor' pidió estar presente para acompañarlo. Su padreSegún sus propias palabras, cuando se enteró de que el estreno iba a estar a cargo de 'Tres a la deriva en el acto creativo', película póstuma de Fernando 'Pino' Solanas en la que su padre, 'Yuyo' Noé, el director de 'Love' pidió estar presente para acompañar a su padre y, embelesado por el impulso, ofreció 'Vortex' a la fiesta.
Las ganas eran tales que el espectáculo se retrasó media hora porque, obsesivamente, fue sincronizando los subtítulos al español hasta el último minuto para que fuera en español argentino y no con los presentados en San Sebastián.
Aplaudido salvajemente por una sala llena de jóvenes, Noé advirtió: 'Prepárate para llorar'. Y no es de extrañar. Si en 'Irreversible' deslumbró con sus tomas secuenciales cámara en mano y en 'Enter The Void' con sus cenit, en 'Vortex' usó el recurso de la pantalla dividida en dos en todo momento: ya sea para la misma escena o para escenas en las que los protagonistas se encuentran en diferentes lugares.
Esta idea de separación la lleva al extremo con este matrimonio octogenario maravillosamente interpretado por el director italiano Dario Argento y Francoise Lebrun, cuyos personajes padecen problemas cardíacos y Alzheimer, respectivamente.
Gaspar Noé, el director de 'Love' pidió estar presente para acompañar a su padre y, embelesado por el impulso, ofreció 'Vortex' al festival. 'La vida es como vivir en un sueño dentro de un sueño', los personajes, como una forma de decir que están atrapados y sin control de sí mismos. Perdidos, con sus enfermedades y las dolencias de la edad, deambulan frente a la cámara; pluma errante (él), psiquiatría (ella) ven el declive de sus vidas siendo perfectos mortales.
La muerte los rodea. Un locutor de radio se pregunta por qué Occidente intenta ocultar el final de la vida, a diferencia de Oriente, cuyo trato es diario desde el momento en que se nace. Noah lo pone en primer plano, lo hace vívido, late en cada toma; pero sus personajes se le escapan, mienten y se engañan a sí mismos.
En medio de ellos está Stephan, su hijo en rehabilitación, que intenta ayudarlos, aunque no puede evitarlo, un cóctel de dureza que explota cuando los tres, junto con el hijo de Stephan, están sentados a la mesa y el se reproduce sonido de fondo. 'Gracias a la vida', en la voz de Violeta Parra, y, con el llanto de la madre, la canción se vislumbra casi como el epitafio de una época en la familia.
'La vida es como vivir en un sueño dentro de un sueño', comentan los personajes entre ellos, como una forma de decir que están atrapados y sin control de sí mismos.Sensible, sincero y magníficamente austero, 'Vortex' se podrá ver este sábado a las 15h en el Ambassador Cinema como parte de la sección Autores.
Si el Concurso Internacional fue inaugurado magistralmente por Celine Sciama con 'Petit maman', 'Re Granchio' mantuvo el nivel con una película de un género tan extraño como extraña su concepción.
Los realizadores de Righi y Zoppis llegan a su primera ficción de la misma forma que los documentales: escuchando historias que los cazadores italianos les contaban en una cabaña en medio de la montaña.
Aquí lo narran a través de la ficción porque, como dijo de Rigghi, presente en Mar del Plata, no había material para documentar el hecho, los directores cuentan la historia de Luciano (el fabuloso debut actoral de Gabrielle Silli), un bastardo italiano que después de To Declararse en contra del príncipe y realizar un acto vandálico debe exiliarse en Tierra del Fuego.
Aplaudido salvajemente por una sala llena de jóvenes, Noah advirtió: 'Prepárate para llorar'.La primera parte de la película es un drama romántico, con las típicas 'canzonettas' italianas, las cabras, sus cencerros y los pastores dando vueltas. La pobreza del campesinado que se inclina ante la soberbia de la nobleza. Todo, envuelto en un aura poética con rasgos 'pasolinos'.
Sin embargo, para la etapa fueguina de Luciano deciden dar rienda suelta al western con una historia de aventuras de buscadores de oro, con actores argentinos (excepto Silli) y un despliegue al aire libre en el fin del mundo, que culmina, como era de esperar, con una vuelta a la poesía italiana.
Con un ritmo lento y poco vértigo, la iluminación casi natural, sumada a tomas precisas en las expresiones de los actores, hacen de 'Re Granchio' una pieza hipnótica y melódica, donde la fotografía es tan responsable como la historia.
La cinta del dúo di Rigghi-Zoppis se podrá ver este sábado a las 14:15 en el Cine Los Gallegos y hasta este lunes de forma gratuita y online.