
Ansilta Grizas presentó su primera novela, editada por Entropía. Ansilta Grizas lleva con orgullo el nombre de una cultura aborigen que habitó la cordillera de su natal San Juan y utiliza imágenes de la naturaleza y el paisaje cuyo para narrar en su primera novela 'A Temporal' una historia profundamente autobiográfica: la del paulatino proceso cognitivo de su padre. deterioro.
'Estás ahí más que abatido, con el cuerpo en la más absoluta decepción: inútil. Una enorme caja de huesos, músculos, nervios, líquidos y bacterias que ya no sirven de mucho, pero que subsisten subordinados a un solo latido', describe. con exactas dosis de crudeza y ternura la autora, fotógrafa y publicista de profesión que pasó por los talleres de Cynthia Edul y Romina Paula. 'Ya es difícil encontrarte incluso cuando estás frente a mí. Lado', insiste mientras acompaña a ese ser querido en el camino del olvido.
'Ansilta Grizas escribe para evocar recuerdos, como si temiera que ella también se desvaneciera en el olvido de su padre. Escribe como si las palabras pudieran contener el mundo', señala en la contraportada del libro editado por Entropía Romina. Paula.
La autora conversó con Télam sobre los motivos que la llevaron a registrar la enfermedad de su padre y las operaciones que permiten convertir su propia autobiografía en literatura. Aquí están los fragmentos centrales de la entrevista.
Ansilta Grizas nació en San Juan y todavía está ligada a las imágenes de su tierra: Foto: Julián Álvarez.
-Télam: El lector intuye que lo que dices en el texto sobre la relación entre la hija y un padre que se está deteriorando tiene un gran componente autobiográfico. ¿Qué expectativas tenías de este escrito? ¿Es una forma de buscar una curación o una liberación a través de la catarsis?
-Ansilta Grizas: No sé si escribir cura. En realidad, no pude hacer otra cosa que escribir. No salía nada más de mí. Escribí en un cuaderno mientras acompañaba a mi padre a buscar hogares de ancianos para cuando no pudiera cuidar de sí mismo. De ese material surgió el libro. Alguien me dijo que esto podría ayudar a mucha gente y que estaría feliz si así fuera, pero no tenía esa intención. Me parece que fue como una forma de atravesar ese tiempo.
Hay una foto que me gusta mucho de Adriana Lestido, que es del día en que murió su padre y ella tomó una foto del cielo porque eso es lo que hizo. Bueno, empecé a escribir para superar la enfermedad pero creo que, en fin, acabó siendo una forma de duelo.
-T.; Pero tu padre está vivo, como te das cuenta en la dedicación ...
-AG: Sí, pero siempre se habla de duelo después de que una persona muere, pero me interesa el proceso previo que ocurre cada vez que alguien se está muriendo, porque este también es otro duelo, creo que no escribí un libro sobre el Alzheimer y la muerte pero sobre el dolor, sobre la maduración de ese dolor del protagonista, que primero se enfada y luego encuentra otra resignación y otra forma de ver las cosas.
-T .: En ese sentido, tomaste la decisión de hacer transparente el componente autobiográfico ...
-AG: Sí, pero hay algo que es importante y es que mi padre no murió. Por eso la dedicatoria es 'para mi padre que todavía está aquí'. Para mí fue la gran ruptura que hice con la escritura autobiográfica para desvincularme de la historia real y fue buscar otro final y dar un paso hacia la ficción. Fue una liberación para mí decir: 'La historia llegó a este punto', y también fue mucha más libertad para seguir escribiendo. Avancé mucho cuando dije que tenía que matar a mi padre porque si no, no iba a poder seguir escribiendo.
-T .: Elegiste un narrador en segunda persona, como si estuvieras hablando con tu padre, como si quisieras ayudarlo a recordar.
-AG: Sucede que el libro comenzaba con una carta a mi padre. Esa segunda persona salió de allí, que en un momento tuve que contarle algunas cosas. Hay partes de esa carta que quedaron en la novela. Lo rescaté de allí, de la actitud de hablar con el otro.
-T .: Trabajaste el texto en un taller literario, ¿cuál fue el aporte de esas otras miradas de la historia?
AG: Tuve un acompañamiento. En 2017, hice un taller con Cynthia Edul. Le traje las primeras cosas para que viera lo que estaba haciendo y ahí me animaron a seguir escribiéndolo. Ese año estaba embarazada de mi segundo hijo y Alfonso nació en agosto. Pero yo iba todos los lunes con material nuevo porque quería avanzar en la novela como si estuviera vestida como si algo fuera a pasar. Y nació y dejé de ir. Pero ahí surgió la propuesta de hacer un corte, de desprenderme de la realidad para transformarla en novela.
Foto: Julián Álvarez. -T: Aunque 'Un temporal' se centra en tu padre, hay otras historias en el espejo: otros casos de Alzheimer e incluso un caso de eutanasia, como si el deterioro de un ser querido, y, al mismo tiempo, ese necesidad de tomar decisiones, de salvar el sufrimiento, no eran un caso particular sino una situación que se repite ...
-AG: Sí, no me enfoqué en el tema de la eutanasia en sí, pero sí me interesó el tema de la dignidad del ser humano. Hay dos casos de personas muy cercanas: la madre de un amigo y un amigo de la familia. Me interesaba incluir esas voces de personas que quieren vivir el último momento de la vida de la forma más digna posible.
-T: Elegiste un escrito crudo y despiadado en algunas descripciones de ciertos estados de tu papá e incluso cuestiones fisiológicas. -AG: No quería usar metáforas. Trabajo en publicidad y también escribí guiones y decidí construir escenas que fueran hasta la médula. De alguna manera tiene que ver con cómo sucedieron las cosas. Sin embargo, hay algo que me pasó y es que ciertas situaciones, cuando las miras en retrospectiva, terminan siendo divertidas. Incluso hubo momentos de insultos míos a los médicos, a la propia situación que luego pasó a la edición.
-T: Quizás como reivindicación de tu origen sanjuanino, la naturaleza está muy presente en la novela. Incluso algunos fenómenos que suceden en la naturaleza, como la tormenta, se trasladan posteriormente a la vida de los protagonistas ...
-AG: Claro. Quizás la naturaleza sea una de mis obsesiones. Veo a la naturaleza y al hombre como dos equivalentes y sigo cómo la naturaleza también afecta al hombre y al hombre a la naturaleza. Estos paralelos están muy presentes entre el interior y el exterior, entre el cuerpo y la montaña.
'Una tormenta'.
-T: Incluso traes imágenes de la naturaleza de otros momentos de tu vida, como la residencia que hiciste como fotógrafo en la Antártida ... La fragilidad del hielo, la oscuridad, en relación al recuerdo de tu padre.
-AG: Fue una residencia para artistas que en 2011 y yo traté de recuperar esa sensación de estar en lugares donde uno se siente diminuto en la inmensidad. Creo que tiene que ver con esa idea del hombre frente a la montaña, a merced de la naturaleza, que no puede modificar nada. Me interesaba eso, me interesa la naturaleza y me parece hermoso estar ahí, en esa situación.
-T .: De todos modos, el recuerdo de tu viaje a la Antártida tiene cabida porque el tiempo no es lineal en la novela, sino desde el diagnóstico hasta el posterior deterioro, recuerdos, anécdotas de tu infancia, del exilio de tu padre.
-AG: Tiene que ver con un intento de reconstruir la memoria de los dos. Hay un presente más lineal en relación a mi embarazo, el nacimiento de mis hijos y su crecimiento que se mide incluso en la longitud de sus piernas. Eso es presente Pero también hay un movimiento de ir a buscar el pasado, es como si metiera los dedos en la arena de los recuerdos para ver por qué estamos aquí.
T .: También en términos de estructura, hay una estructura fragmentaria, como papeles dispersos, recuerdos aislados.
AG: Pensé en la novela como un blog. Tiene que ver con el hecho de que es un libro que escribí a mano en un cuaderno. Comenzó con esas pequeñas notas en un cuaderno. Pero todavía un tema se hila con otro y hay continuidad.
-T .: Mientras escribías, ¿leíste otros libros sobre el Alzheimer o sobre despedirte de un ser querido para dialogar con otros textos?
-AG: Leí 'Desarticulaciones' de Sylvia Molloy en la que habla del Alzheimer de una amiga. La poeta Tamara Kamenszain también editó 'El eco de mi madre' sobre su enfermedad. Ambos salieron mientras escribía. También releí lo que Philip Roth cuenta sobre su padre en 'Heritage'.