
Los meteoritos y su inagotable imaginario, eje de una exposición artística
En la Galería Barro, en el barrio La Boca, la exposición '¡Saxa loquuntur!' es presentado. Foto: Prensa El tema de los meteoritos, esos cuerpos celestes que ingresan a la atmósfera terrestre y despiertan curiosidad y atención, vuelve a estar presente en la Galería Barro de Buenos Aires en el barrio de La Boca con la exposición titulada ' ¡Saxa loquuntur!' , de Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg, para quienes este regreso a la exposición después de cinco años en Buenos Aires representa 'el momento en que miles de horas de estudio, maquinaciones y viajes se convierten en obra y finalmente pueden expresarse'.
Inaugurada el jueves en la galería, esta primera exposición del dúo de artistas en al menos cinco años, según señalan desde el espacio que los alberga, vuelve a cuestionar el meteorito de 41 kilos del que son custodios legales, en una novela. forma que permite cerrar un ciclo. Para ello convocaron a 'un grupo de afectos, colaboradores y colegas para escribir una serie de cartas', que funcionan como mensajes en una cápsula del tiempo, destinadas a una futura 'Sociedad Científica Argentina del año 2105' , cuyo objetivo es que la la piedra obtiene 'su morada pública'.
Guillermo Faivovich (Buenos Aires, 1977) y Nicolás Goldberg (París, 1978) iniciaron un trabajo en 2006 que los llevó a visitar diferentes ciudades y espacios expositivos del mundo como Documenta en Kassel (2012) o proyectos más recientes como ' Encuentro '. con El Mataco' del Museo Histórico Provincial Rosario Julio Marc y 'Mesón de fierro: Hacia el Siglo XXII' en Naciones Unidas, Viena, ambas en 2019, y la participación en 'La Trastienda' del Museo Tamayo en México (2021). ), con su proyecto de investigación centrado en 'Una guía del Campo del Cielo' , que constituye la base de su práctica y se actualiza en esta exposición.
'Saxa Loquuntur! representa para nosotros la etapa en que nuestra práctica llega a la órbita pública, el momento en que las miles de horas de estudio, de maquinaciones, de viajes se convierten en obra y finalmente pueden expresarse', dice Faivovich a Télam.
El dúo es conocido por sus trabajos de investigación sobre los meteoritos de 'Campo del Cielo' o Pigüen N'onaxá 'como se conoce a la reserva natural y científica de la provincia del Chaco, que comparte con Santiago del Estero la dispersión de estos fragmentos rocosos desde del espacio exterior que cayeron hace al menos 4.000 años, y cuya composición es mayoritariamente de hierro, lo que los hace únicos.Estos meteoritos generaron mitos fundacionales entre los moqoit, qom y wichí, así como un amplio interés científico y diversas narrativas, y más recientemente, la necesidad de su preservación patrimonial, para evitar el tráfico ilícito, entre otras cuestiones.
Foto: Prensa
A su vez, combinando los roles de científico, historiador y antropólogo e incluso burócrata, Faivovich y Goldberg realizan proyectos 'que ofrecen nuevas formas de ver y experimentar' el fenómeno cósmico, y esclarecer cuestiones como la 'dinámica entre un objeto y su documentación'. '. , complejidades institucionales y 'relaciones personales, culturales y nacionales', describe la galería.
En la instalación, propuesta para ser experimentada, amparada desde una presencia presente, los artistas colocan el meteorito en una estructura similar a un tesseract -la figura que se forma a partir de dos cubos tridimensionales- ubicada en el centro de la sala, a la que Los acompañan cartas y otros objetos -cartografías y documentos varios como la fiesta del meteorito en Gancedo, localidad donde se encuentra el campo de meteoritos-, también resguardados en artefactos herméticos o 'recordatorios', como ellos los llaman.
Para entender el quehacer que cruza ciencia y arte de ambos artistas, Alejo Ponce de León, quien viene de ser curador de la presentación argentina a la 59 Bienal de Venecia , indica sobre Faivovich y Goldberg que son de una generación donde la figura del curador no tuvo la presencia que adopta hoy, y que, sin cumplir una función curatorial en la muestra, su cercanía con ambos le permite explicar la forma de trabajar del dúo que vive y trabaja en Buenos Aires.
'Faivovich y Goldberg forman parte de una generación de artistas argentinos, quizás la última, que sabe manejarse con mucha autonomía en relación a la figura del curador, principalmente porque cuando esta generación empezó a hacer arte no existían los curadores como tal y como lo entendemos ahora, eran algo más. Los artistas nacidos a finales de los 70 se acostumbraron a producir condicionados por un diálogo casi exclusivo con sus colegas'.
Y agrega: 'En general, para esta generación, la mediación que brinda la curaduría se da solo en los escenarios institucionales. A eso se suma que siempre tienden a hacer todo un poco raro', explica Ponce de León, quien acompañaba el proceso como editor y cronista.
Foto: Prensa ¿Qué significa el título de la exposición? 'Es un aforismo romano, está en latín. Significa 'las piedras hablan' . Es un dicho que resuena con la arqueología, la epigrafía, la geología, con la historia del arte también, con el arte prehistórico. las piedras cuentan. Algunas de estas piedras son terrestres y otras tienen un origen cósmico', dice.
¿Cómo se 'experimenta' esta exposición inscrita con el trabajo anterior, se puede trazar una especie de genealogía? 'Apenas estoy conociendo el trabajo de Faivovich y Goldberg, pero algo que me llama la atención es que, a diferencia de otros caminos artísticos, el suyo tiene dificultad para organizarse por la idea de la cronología. Es como un arte sin progreso. de alguna manera, no es un arte que se va 'perfeccionando' con el tiempo. Está suspendido, como en 'stasis'', indica.
Para Ponce de León, 'puedes ver sus obras a partir de 2010 y esta exposición -y la variedad de recursos y sistemas que se ponen en funcionamiento en cada instancia- impide pensarlas en términos de progresión. Lo que sí, toda su obra se sustenta en dos pilares conceptos básicos que son la imaginación conceptual, por un lado, y el Campo del Cielo por el otro'.
Hay una idea errónea sobre el trabajo de ambos, explica la curadora: 'En realidad siempre están con Campo del Cielo, su objeto de estudio es ese, yo creo que nunca saldrán de ahí. De Campo del Cielo salieron muchos meteoritos, entonces van a tratar de vincularse con todos, de una forma u otra. Los meteoritos son procesados por la ciencia, pero también por el mercado (negro), la burocracia estatal, la literatura de viajes, por lo que todos esos son puntos de infiltración válidos para Faivovich y Goldberg'. .
Y agrega: 'Los meteoritos son la excusa para meterse en los sistemas que gobiernan el mundo. Pero, además de meteoritos, Campo del Cielo ha enterrado cientos de historias porque es un lugar que está presente en el imaginario humano desde hace mucho tiempo . largo tiempo.'
¡Los meteoritos de Campo de Cielo llegan al Centro de Arte y Ciencias de la UNSAM!
El proyecto de Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg reconstruye la historia de los meteoritos que impactaron en el norte argentino hace 4.000 años.
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- UNSAM (@unsamoficial) 25 de agosto de 2020
'Están trabajando con ese material en la realidad, con las historias, con las vidas que pasó Campo del Cielo.
En este punto parece que asumieron una tarea interminable y hay algo extraordinario en esa fijación, los acerca un poco más a otros personajes de la historia que estaban obsesionados con las quimeras, a ese arquetipo de alguien que busca algo que desconoce. si existe y se pierde un poco su vida y entonces se convierte en un cuento', afirma Ponce de León para quien 'Campo del Cielo' es un 'objeto infinito' relacionado con la práctica de Faivovich y Goldberg, pues considera que ellos ' nunca dejará de encontrar cosas en lo que representa y genera, ya sean leyendas, documentos oficiales, tensiones políticas producto de la acción colonial, relatos de vidas excéntricas o lo que sea'.
En cuanto a su posicionamiento como artistas conceptuales, Ponce de León señala que su particularidad en el campo artístico contemporáneo es tomar el arte como una herramienta polivalente -que sirve para muchas cosas, según la RAE- para lo cual adopta la forma que necesitan.
'Son de los pocos artistas argentinos que pudieron mantener un programa puramente conceptual, en parte porque la presentación pública de sus obras suele ser en contextos institucionales, también trabajaron mucho en el exterior. Muestran poco en galerías, tampoco producen a tiempo para eso', apunta.
'Su gran particularidad es cómo, para ellos, el arte es una herramienta de carácter polivalente, puede ir tomando la forma que ellos necesiten', destaca.
Foto: Prensa 'En los últimos años, el arte en Argentina ha ido reduciendo cada vez más su campo de acción, su margen para reimaginarse en términos lingüísticos. Hoy el arte es siempre una cosa específica: un cuadro, un objeto pequeño, algo que hay que hacer con la artesanía, algo barato que se pueda producir barato y algo barato que los coleccionistas puedan comprar también barato.Desde hace varios años, en sintonía con la economía, el arte argentino ha estado en modo sobrevivencia, por eso se aferra a su mínima expresión, tanto material y lingüísticamente', afirma el crítico, al tiempo que indica: 'Faivovich y Goldberg construyeron su viaje para nunca abandonar la pregunta de qué nuevas formas puede tomar el arte, qué preguntas puede desencadenar', concluye.
Faivovich y Goldberg participaron de exposiciones y bienales en Argentina, Alemania, Estados Unidos, México, España, Austria y Corea del Sur, y a partir de 2020 instalaron su proyecto Campo del Cielo en el Centro de Arte y Ciencia de la Universidad Nacional de San Martín. , que explora los vínculos transdisciplinarios, las implicaciones culturales, sociales y políticas del meteorito Campo del Cielo como patrimonio tangible e intangible.
-¡Saxa loquuntur! Se puede visitar hasta febrero en Caboto 531 (CABA) , con entrada libre, de lunes a viernes de 12 a 18 y sábados de 15 a 18.