
La película 'Dúo' explora una dolorosa separación en el contexto de la Puna de Jujuy
Meritxell Colell Aparicio./Foto: Eliana Obregón. Una pareja de bailarines, en vías de disolver su vínculo afectivo, recorre el norte argentino llevando una obra a comunidades que nunca han estado en contacto con el arte moderno, es el núcleo del relato que cuenta 'Dúo', de la cineasta catalana Meritxell Colell Aparicio, que tiene su estreno comercial este jueves.
Protagonizada por Mónica García y Gonzalo Cunill, la segunda ficción de Colell Aparicio tras 'Con el viento' (2018), tiene la particularidad de que ambas incluyen a Argentina -donde estudió cine- y también a García como protagonista de las dos historias pero en momentos diferentes de su vida.
Una separación personal y una película del mítico director italiano Roberto Rossellini, son algunos de los motivos que generaron en el director español la necesidad de contar el fin del amor en una pareja, que se ve obligada a afrontar sus problemas en la inmensidad y la calma . de los paisajes de la puna jujeña.
'Me dije que podía contar la historia de una pareja que se separa por el desgaste y lo que pasa cuando reina el silencio', dijo a Télam Meritxell Colell Aparicio tras la proyección a la prensa de su película en una sala del barrio porteño de Villa. Crespo.
Y con respecto a la elección del norte del país como lugar exclusivo, un personaje más de 'Dúo' define: 'El altiplano tiene esa inmensidad íntima que hace que los personajes reflexionen y se vean en la soledad del paisaje', el completa el director. , que tuvo una retrospectiva de su obra en el reciente Festival de Cine de Cosquín.
Tráiler 'Dúo'
Télam: ¿Por qué decidiste hacer una película sobre una pareja en crisis que, si quieres, deambula por el norte argentino?
Meritxell Colell Aparicio: La idea de la separación viene de un lugar personal, yo me había separado después de diez años, pero pensándolo bien, hay muchas películas sobre separaciones y suelen ser muy violentas, llenas de discusiones, grandes dramas. Por eso me dije que se podía contar la historia de una pareja que se separa por el desgaste y lo que sucede cuando reina el silencio. Porque la crisis no es sólo de pareja sino de identidad. Esto también surge de que con 'Con el viento' había explorado la crisis de Mónica cuando regresaba a su familia, a su ciudad natal, y con 'Dúo' quería seguir trabajando con ese personaje en otra parte de su vida.
Pero además, el origen del proyecto es 'Viaggio in Italia', de Roberto Rossellini, una de las películas que más me marcó. Estaba esa idea de una crisis de pareja en un viaje, de lo que te tienes que enfrentar con lo que no tienes ganas de ver y por ese desplazamiento lo tienes que ver sí o sí.
Y el Noroeste argentino estuvo ahí desde el principio, porque una de las protagonistas, Mónica, es de aquí y ya venía de mi anterior película, 'Con el viento' y cuando pensaba en un territorio enseguida me veía ahí. de nuevo, en ese lugar que recordaba muy transformador, al que viajé varias veces cuando era estudiante en la Universidad del Cine en Buenos Aires.
T: ¿Cuáles fueron las precauciones que tomaste para no caer en la intromisión aduanera y turística en la vida cotidiana de los habitantes del lugar?
MCA: El territorio es fundamental por dos razones. Uno, porque quedan muy pocos lugares como el norte argentino, donde las comunidades sigan funcionando como asamblea, lo que para mí fue básico frente a la crisis de la pareja y el individualismo de la historia. en cambio, el altiplano tiene esa inmensidad íntima que permite a los personajes reflexionar y verse en la soledad del paisaje.
La forma de trabajar con las familias y las comunidades se desarrolló en cinco viajes donde me documenté para acercarme a estas personas con las que fui creando un vínculo.
Foto: Eliana Obregón.
Estos viajes sirvieron para escribir un guión donde estas personas estaban presentes y narran desde lo vivido, y también está la propia ficción, que trata de reflexionar sobre cómo hacer una película en un lugar donde eres extranjero y los enfrentamientos entre los el arte contemporáneo y el arte del lugar. Entonces, esa también era la idea, mantener siempre el punto de vista de los extranjeros y nunca querer contar las historias de la gente de allí, ya que no soy del lugar.
T: Hay algunos pasajes de la historia, como la asamblea del pueblo en la que también participan los protagonistas, que parece un documental. ¿Cómo trabajaste ese cruce de la ficción?
MCA: Sí, los límites están difuminados. Para mí el mayor valor de la escena del montaje fue que fuera lo más documental posible. De hecho, frente a la cámara, están hablando de la ficción y la obra de teatro, pero en realidad están hablando de la película. Y están hablando de esa relación entre la comunidad y el equipo que viene de afuera y eso para mí es lo que me pareció darle un valor extra a la película. En general, bordeamos un poco lo que es ficción con lo documental, trabajando a partir de situaciones reales, pero ficcionalizándolas con la gente de ahí.
T: ¿Cómo trabajaste el posible desequilibrio entre los actores profesionales y los que no lo son?
MCA: Es que no sentí la diferencia. Esta película la rodamos en orden cronológico, el viaje tenía que pasar por la ficción y pasa por ella, de modo que los actores profesionales, Mónica y Gonzalo, también estaban viviendo situaciones que los marcaban, que generaban un cierto estado al estar inmersos en la recorrido que les planteaba la historia y que les hacía también dejar de actuar como lo harían en otro ámbito. En ese punto hay un lugar de encuentro entre los locales y estos dos extranjeros, quienes por otro lado, se encuentran en situaciones muy similares a las que vivimos detrás de la cámara. Entonces, no están actuando exactamente, están encarnando personajes, pero resuena muy profundamente con su forma.