
'Destino final', el ensayo fotográfico que revela el horror de la dictadura
Muestra fotografía Giancarlo Cerundo. Foto: Whale Project Press 'Destino Final' , la obra realizada durante veinte años por el fotógrafo italiano Giancarlo Ceraudo y con la que ayudó a identificar los aviones desde los que se realizaban los vuelos de la muerte durante la dictadura cívico-militar, se exhibe desde este sábado en el Centro Cultural Kirchner donde revela, a través de 90 fotografías, la relación entre objetos y personas, o entre memoria y justicia, pero más aún logra dotar de belleza a esa época donde el horror hace todo impronunciable.
Ceraudo llegó al país procedente de Italia para cubrir la crisis sociopolítica y económica de 2001 como fotoperiodista, pero algo más le llamó la atención. En nuestro país, la sociedad se preguntaba dónde estaban los desaparecidos, Ceraudo se preguntaba por los aviones . Como buen romano acostumbrado a que en cada excavación de su ciudad arroje luz un hallazgo material del pasado, creció sabiendo que los objetos pueden contar cosas. Y el fotógrafo miró hacia los aviones para encontrar respuestas. Miró a los aviones para llegar a los pilotos.
Ese deslizamiento de la mirada derivó en una investigación sin precedentes, pues hasta entonces el secretismo de la dictadura cívico-militar y más sobre los vuelos de la muerte era absoluto, con excepción de la icónica entrevista a Adolfo Silingo que Horacio Verbitsky publicó en su libro ' El vuelo ' . , donde militares argentinos confesaron las prácticas de exterminio y desaparición arrojando personas vivas al mar.
La foto muestra a Giancarlo Cerundo. Foto: Whale Project Press Giancarlo Ceraudo junto a la periodista Miriam Lewin , actual Defensora del Pueblo, dieron con el destino de 5 aviones que se utilizaban para esos vuelos , al punto que la investigación derivó en cadenas perpetuas por parte de la Justicia, cuando localizaron el Skyvan P -51 avión en Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos. El avión que el 14 de diciembre fue utilizado para desaparecer a un grupo de Madres de Plaza de Mayo, dos monjas francesas y otros activistas que fueron secuestrados luego de una reunión en la Iglesia de la Santa Cruz en Buenos Aires. El mismo avión que será repatriado en las próximas semanas.
'Fotográficamente quizás sea el único trabajo que lleva a una cadena perpetua, pero no puede ser directo porque fue la justicia la que se abrió paso, aportamos pruebas', dice el fotógrafo a Télam, mientras hace una pausa en el impresionante montaje de la exposición . que se inaugurará el sábado en las salas del quinto piso del CCK, en el marco del Proyecto Ballena , curado por Arianna Rinaldo y coordinado por Flor Guzzetti.
'Destino Final', como llamó al proyecto y como se denomina la exposición, es el resultado de más de veinte años de trabajo en los que Ceraudo visitó centros clandestinos, entrevistó a sobrevivientes, acompañó a las Madres de Plaza de Mayo y al Equipo de Antropología Forense. Veinte años intensos y frustrantes, como definirá también el ejercicio de encuentro con la imagen del horror estancada en un objeto abandonado. Ceraudo registró los aviones que encontraron, captó la fuerza ciclónica del mar, las flores que se posan sobre las olas en un homenaje de familiares, las tumbas desterradas por los antropólogos, supo contener en una imagen la tristeza de la ausencia.
Muestra fotografía Giancarlo Cerundo. Foto: Prensa Proyecto Ballena La muestra reúne más de 90 fotografías presentadas en diferentes tamaños, con recursos gráficos, gigantografías, videos, audio testigos y textos del juez Baltasar Garzón, Taty Almeida, Horacio Verbitsky, Enrique Piñeyro, Maco Somigliana, Alejandro Covello y La historia de Miriam Lewin, extraída del libro 'Destino final', publicado en 2017. También hubo otro libro sobre esta investigación 'Skyvan', publicado por Miriam Lewin y que reconstruye periodísticamente el recorrido de hechos y hallazgos del equipo.
-Télam: ¿Cómo lograste dedicar veinte años a este ensayo?
-Giancarlo Ceraudo: Cuando vine aquí no fui a buscar esa historia sino que te llegó a ti. En otras palabras, cualquiera hablaría contigo o sabría sobre ese tema. Fue una herida abierta porque en ese momento aún existía la ley de Obediencia y Punto Final y ahí conocí a las Madres, Taty (Almeida) que me abrió todo un mundo a la historia de la lucha de las Madres, los derechos humanos y una poco a poco se fue formando en mí una cierta conciencia que me hizo entrar en la historia de la dictadura. Había leído sobre eso y había visto películas como 'Garage Olympus' que eran muy importantes para mí.
Y como nací en Roma siempre tuve una relación con los objetos y las antigüedades como testigos y como si tuvieran alma, eso lo trasladé un poco a la Argentina. Además, los vuelos de la muerte fueron una de las cosas que más se conoció fuera. Era una forma de exterminio tan terrible que tuvo una gran repercusión en el extranjero. Para mí era muy importante ver dónde estaban esos aviones porque lo que yo creía es que siguiendo ese rastro podías llegar a los culpables y de ahí comencé a ir a los centros clandestinos, conociendo sobrevivientes, profundicé y traté de entender. Pero no sabía todo lo que vendría después.
Muestra una fotografía de Giancarlo Cerundo. Foto: Prensa Proyecto Ballena -T: ¿Y cuándo empezó la investigación?
-GC: Le comenté la idea al periodista norteamericano Joe Goldman y que había llegado a un punto en el que ya no podía continuar. Y me sugirió que llamara a Mirian Lewin porque es una muy buena periodista y también una sobreviviente. Entonces la llamé inicialmente para hacer un retrato de él y luego cuando fui le conté esa historia pero él no me tomó muy en serio y casi se molestó porque yo tampoco hablaba muy bien el español y no lo sé. sé cómo le dije... pero luego nos pusimos manos a la obra. Y nada está escrito. Por suerte, por casualidad, no sé, todo ese material llegó a la justicia, que es la única que puede hacer justicia. Y la justicia evaluó las pruebas.
Pero Destino Final es un trabajo no solo de investigación de aviones, estuve con las madres, hermanos, sobrevivientes, estuve en los centros, con los antropólogos. Es una trayectoria de casi 20 años de trabajo. Y por eso para mí es muy fuerte exponerlo aquí. No es lo mismo que en Roma, París o Nueva York, exponerlo aquí es una responsabilidad.
-T: Tu mirada a los aviones fue sorprendente, porque la pregunta en ese momento era dónde estaban los cuerpos, ¿no? Y te hiciste la pregunta, ¿dónde están los aviones?
-GC: Miriam me explicó que aquí estaban más cerca de la gente y quizás eso fue un lujo que me di al no ser de aquí, de otra distancia que me permitiera mirar otras cosas.
La foto muestra a Giancarlo Cerundo. Foto: Prensa Proyecto Ballena Además, había ingresado a un par de centros y me fijé mucho en los objetos a reconstruir. Fotográficamente es complicado porque tienes que encontrar cierta empatía con una pared y es un poco frustrante porque tienes que encontrar algo en una pared, en una lámpara, cuando los fotógrafos estamos entrenados para situaciones dinámicas.
-T: ¿Y por qué los aviones? ¿Tuviste una relación?
-GC: Simplemente porque de niño mi padre me llevaba al aeropuerto a ver despegar los aviones y porque tenía un amigo piloto que me hacía sobrevolar Roma.
Luego, cuando empezamos a buscar los aviones, nos dimos cuenta de que hay gente muy involucrada con los aviones, gente que sigue a los aviones desde que nacen hasta que se desmontan.
Y luego, cuando se venden, tienen que tener los documentos, es decir, el plano técnico. Cuando descubrimos eso, encontramos documentos convincentes. Pero eso solo tampoco es suficiente, hubo que combinarlo con otros hechos y con la historia del 14 de diciembre que logró ser una prueba contundente.
Muestra fotografía Giancarlo Cerundo. Foto: Prensa Proyecto Ballena -T: ¿Cuáles han sido los hitos de este proceso?
-GC: Fotográficamente, quizás, es la única obra que hay que conduce a cadena perpetua, pero no puede ser directa porque es la justicia la que tenía que abrirse paso. Pero la consecuencia es, o sea, seguramente es la consecuencia más importante.
Y luego hay otra parte que tiene que ver con la fotografía en sí porque es un trabajo de 20 años
-T: ¿Y cómo piensas tu trabajo documental? ¿Cuál es tu perspectiva sobre lo que haces?
-GC: Como los griegos, siempre pensé que la estética es un valor. En la fotografía siempre busqué la estética porque era una forma correcta de que las cosas que se iban a contar llegaran con más fuerza al público. Entonces, no se trata solo del hecho de que es importante retratar, sino de la forma en que se hace.
La foto muestra a Giancarlo Cerundo.Foto: Prensa Proyecto Ballena Para mí este trabajo era difícil, frustrante, casi lo odiaba, porque como dije antes, los fotógrafos siempre van a situaciones dinámicas y tomas 200 fotos al día, luego te salen cinco o una. de ellos. las 200 fotos que tomaste. Pero con este trabajo había cinco fotos al año. era insoportable
-T: En este largo trabajo, las imágenes, aunque fueron tomadas en diferentes momentos, se encuentran y construyen una narrativa sobre la dictadura. ¿Cómo dialogan estas imágenes para contar el horror?
-GC: La fotografía es algo muy serio, ahora la gente toma un teléfono y se toma una foto, pero hay que dedicarle atención, coraje, tiempo, compromiso a la fotografía y creo que la belleza de este trabajo también se encuentra en la persistencia del tiempo, lo que me permitió mantener una tensión narrativa durante muchos años.
-T: ¿Consideras que Destino Final está cerrado?
-GC: Yo creo que sí, sobre todo con la exhibición y la repatriación del avión, que es algo que me supera por completo y es el símbolo de lo que no debería pasar pero que lamentablemente pasó a lo largo de la historia humana: el horror.