Giorgi, el jugador de fútbol de '¿Qué vemos cuando miramos al cielo?' De Alexandre Koberidze.
La película del georgiano Alexandre Koberidze, '¿Qué vemos cuando miramos al cielo?' (¿Qué vemos cuando miramos al cielo?), Considerada por la prensa especializada una de las mejores películas del año, ingresó a la Competencia Internacional del Festival Internacional de Cine de Mar de Plata.
Fue calificado como 'una obra maestra' por uno de los programadores del festival, Pablo Conde , quien lo presentó en el inmenso auditorio de la sala de teatro, abarrotado hasta donde permitía el aforo, Conde no dudó en pronosticar: 'Lo que van a ver. probablemente sea el lugar donde quieran vivir este día, el resto del año y el resto de sus vidas '.
Lo cierto es que incluso antes de desgranar cualquier análisis sobre '¿Qué vemos cuando miramos al cielo?', Debemos anticipar que el entusiasmo del programador estaba plenamente justificado.
Tras su debut cinematográfico, 'Que nunca vuelva el verano' (2017), la segunda película de Koberidze -que con sus 250 minutos también ocupa el segundo lugar en metraje del certamen, tras casi cuatro horas de 'Quién lo impide', de Jonás Trueba '- , el director presenta un universo único y particular, con una historia que recurre a casi todos los recursos fílmicos con una voracidad basada en exaltar la maravilla de la vida y como se dice en algún momento de la película 'las hermosas aventuras de la vida cotidiana'.
La historia comienza con el choque casual entre la farmacéutica Lisa y el futbolista Giorgi (no menor detalle en la historia: un hincha de la Selección Argentina y por supuesto, de Messi), el enamoramiento casi inmediato y enseguida aparece una cita para el Día siguiente.
Tráiler '¿Qué vemos cuando miramos al cielo?'
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Pero un narrador de la pantalla advierte que los protagonistas de la relación en curso estaban malditos, por lo que a la mañana siguiente ambos perdieron sus habilidades (ella su conocimiento de las drogas, él su habilidad como futbolista), pero sobre todo, su apariencia física. , lo que imposibilita que se reconozcan a pesar de que ambos se presentan a la cita pactada.
Lo absurdo de la situación se amalgama idealmente con los numerosos personajes nobles que alimentan la historia y el humor encantadoramente simple que recorre la historia, que incluye barras para perros eligiendo diferentes barras para ver un Mundial en el que Argentina debe ganar inevitablemente; pasteles infalibles, y un poquito de fútbol entre chicas y chicos con la música de fondo del mejor tema de la historia de los Mundiales -sí, 'Un'estate Italiana' -.
Tampoco se le priva de incluir el cine dentro del cine con un equipo que busca socios para hablar de su historia de amor y preguntas sobre a quién se le ocurren historias tan inverosímiles para las películas.
En su fe en el cine, Alexandre Koberidze parece decir en cada cuadro que '¿Qué vemos cuando miramos al cielo?' tiene una misión y es mostrar la felicidad y trasladarla a un espectador que está asombrado no solo por las películas, sino también por la aventura de la vida.
