Construcción en Argentina: Un Sector al Límite entre la Recuperación y las Barreras Estructurales
El sector de desarrollo inmobiliario argentino se encuentra en una encrucijada, mostrando señales incipientes de repunte impulsadas por la apertura a importaciones y la búsqueda de estabilización de márgenes.
No obstante, los desafíos estructurales persisten, amenazando con frenar una recuperación sostenida y poniendo en jaque la viabilidad de nuevos proyectos.
La reciente flexibilización de las restricciones al comercio exterior ha generado expectativas positivas entre los desarrolladores, quienes ven en la importación de materiales a precios más competitivos una vía para mitigar el impacto del aumento generalizado de costos.
Esta oportunidad se ve empañada por una compleja combinación de factores que dificultan la recuperación integral del sector.
Uno de los principales obstáculos es el incremento significativo de los costos de construcción en dólares.
Según datos recientes, el costo por metro cuadrado ha escalado hasta alcanzar los US 1500, un valor que no encuentra eco en los precios de venta al público, erosionando los márgenes de ganancia y desincentivando la inversión.
La carga impositiva, la inflación persistente, la inestabilidad cambiaria y la dificultad para acceder a financiamiento son elementos clave que impactan directamente en el aumento de costos, advierte Mali Vázquez, directora ejecutiva de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU).
El impacto se extiende más allá de los desarrolladores, afectando también a compradores e inquilinos.
Estamos observando una transferencia de estos costos adicionales al consumidor final, lo que encarece tanto las viviendas nuevas como el parque inmobiliario existente, señala Flavio Galli, CEO de Grupo Tueroc.
Santiago Egurza, director de Barza Real Estate, subraya la creciente brecha entre los costos de obra y los precios de venta, una dinámica insostenible a largo plazo.
Ante este escenario, hemos optado por moderar las ventas hasta que el mercado se estabilice y permita operar con mayor previsibilidad, explica Egurza.
La CEDU está impulsando iniciativas para modernizar el sector, incluyendo un viaje exploratorio a China para analizar modelos de construcción industrializada a gran escala.
Es crucial explorar nuevas tecnologías y métodos constructivos para optimizar costos y tiempos de ejecución, afirma Vázquez.
Galli confirma que la importación ya ha comenzado a influir en los precios de los materiales de terminación, aunque advierte sobre la importancia de una selección cuidadosa para evitar problemas posteriores.
La mayor disponibilidad de productos, tecnologías y métodos constructivos nos permite adaptarnos mejor a las necesidades de nuestros proyectos, agrega.
Para Egurza, el acceso a materiales y tecnologías internacionales es fundamental para reducir la dependencia del mercado local y estabilizar los costos.
Su empresa está implementando una revisión exhaustiva de sus procesos constructivos en busca de eficiencias sin comprometer la calidad.
La optimización debe ser un esfuerzo conjunto de toda la cadena productiva para lograr mayor competitividad, enfatiza.
Más allá de la apertura a importaciones, expertos coinciden en que se requieren medidas adicionales para atraer inversiones extranjeras y consolidar al sector inmobiliario argentino como un destino confiable.
Vázquez destaca la necesidad de implementar financiamiento hipotecario a largo plazo, desregular el sector para agilizar los trámites burocráticos y fomentar la adopción de tecnologías constructivas innovadoras.
La industria está explorando activamente mercados emergentes con condiciones más favorables para la inversión y el desarrollo habitacional.