La biotecnología se posiciona como una fuerza motriz en el panorama emprendedor global, ofreciendo soluciones innovadoras a desafíos urgentes en áreas como la salud, la alimentación y el medio ambiente.
En Argentina, un grupo de cinco startups respaldadas por GridX, la principal compañía gestora de biotecnología de América Latina, están desarrollando tecnologías disruptivas con el potencial de transformar diversos sectores.
GridX cuenta con un portafolio de 81 startups en toda la región, gestionando más de US$40 millones en fondos.
Estas cinco empresas, tras completar el programa de incubación IGNITE 2024 y recibir una inversión presemilla de US$250.000 cada una, trabajan en áreas tan diversas como la producción alimentaria, la conservación ambiental y el desarrollo de herramientas biotecnológicas.
Innovación Alimentaria:
BioBlends desarrolla bioconservantes gaseosos para extender la vida útil de los alimentos, abogando por la sostenibilidad y la seguridad alimentaria.
Su CEO, Sebastián Zaera, explica que la idea surgió al combinar conocimientos científicos sobre bacterias benéficas con el interés en emprender, identificando una oportunidad para reducir el desperdicio alimenticio.
Migma combina antioxidantes e inteligencia artificial para extender la vida útil de productos como alimentos, cosméticos y lubricantes.
Sofía García Franco, CEO de Migma, relata que la empresa nació a partir de un encuentro entre la inteligencia artificial y una tesis doctoral sobre antioxidantes.
Soluciones Biotecnológicas:
Biodiversity Intelligence ofrece un sistema integral para medir y monitorear la biodiversidad, transformando la manera en que se analiza el mundo natural con métricas precisas y fáciles de aplicar.
Nahuel Schenone, CEO de Biodiversity Intelligence, destaca que la empresa surgió tras años de experiencia en restauración y monitoreo de biodiversidad, buscando soluciones eficientes y tecnológicas para estandarizar procesos ecológicos.
Cyanomin utiliza cianobacterias para precipitar minerales carbono negativo sin minería, reduciendo significativamente la huella de carbono global y descarbonizando sectores como los plásticos, papel y pintura.
Rodrigo Ferrer, CEO de Cyanomin, explica que la idea surgió de la necesidad de crear un carbonato de calcio sustentable que capture dióxido de carbono, transformando procesos industriales hacia modelos más ecológicos.
Por último, Protiva desarrolla colorantes para textiles producidos en bacterias, buscando transformar la industria de la moda con una alternativa sostenible y accesible a través del desarrollo de colorantes biotecnológicos.
Esteban Silva, CEO de Protiva, cuenta que la empresa nació tras observar la necesidad urgente de alternativas sostenibles a los colorantes derivados del petróleo en la industria textil.
Estas startups argentinas demuestran el potencial de la biotecnología para abordar desafíos globales y construir un futuro más sostenible, con soluciones innovadoras que impactan diversos sectores de la economía.