El Partido Justicialista (PJ) de Salta se encuentra en medio de una crisis política tras la intervención ordenada por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien es titular del partido a nivel nacional.
El nombramiento de Sergio Berni, exsecretario de Seguridad durante el gobierno de Cristina Kirchner, como interventor, junto a María Luz Alonso, ha generado fuertes reacciones dentro del PJ salteño.
La decisión se tomó luego de una reunión del Consejo Nacional del PJ el pasado lunes, donde se determinó la necesidad de intervenir el partido en Salta.
Esta medida ha sido recibida con rechazo por parte de los peronistas locales, quienes la califican de arbitraria y aseguran que no hay justificación para la intervención ya que, según ellos, el partido provincial funciona de manera ordenada.
La intervención es un acto unilateral e inaceptable, expresó Pablo Outes, diputado nacional del PJ salteño, quien junto a Pamela Calletti y Yolanda Vega, otros dos diputados nacionales del mismo partido originarios de Salta, han manifestado su descontento con la decisión de Cristina Kirchner.
Outes agregó que estamos en desacuerdo con esta medida porque no hay razones para intervenir el Partido Justicialista de Salta.
El partido está organizado y funcionando correctamente.Los peronistas salteños han anunciado que llevarán el caso a la justicia para revertir la intervención.
Por otro lado, el sector cristinista ha criticado públicamente la postura de los diputados mencionados, argumentando que su voto en sintonía con las leyes propuestas por el presidente Javier Milei es una muestra de deslealtad al partido.
La situación actual genera incertidumbre sobre el futuro del PJ salteño y sus posibles consecuencias en el panorama político provincial.
La intervención a nivel nacional podría significar un debilitamiento del partido en la provincia, especialmente si los diputados disconformes continúan su distanciamiento.