El mundo continúa con el corazón en vilo ante la salud del Papa Francisco, quien tras diez días de internación en el Policlínico Universitario Agostino Gemelli de Roma, ha experimentado una leve mejoría.
A pesar de este avance positivo, el Pontífice sigue en estado crítico y el pronóstico se mantiene reservado, según confirmó el último parte médico emitido por el hospital.
Las últimas horas han sido un torbellino de emociones para los fieles que a diario se congregan frente al hospital para rezar por la pronta recuperación del líder religioso.
El parte médico señala que se ha registrado una disminución en los episodios de crisis respiratorias asmáticas, y que la leve insuficiencia renal detectada el domingo ya no causa preocupación.
Aunque algunos exámenes de laboratorio han mostrado mejorías, sin especificar detalles, el equipo médico ha decidido mantener el pronóstico reservado debido a la complejidad del cuadro clínico del Papa Francisco.
A pesar de su delicado estado, el Pontífice ha retomado algunas actividades laborales, como recibir la Eucaristía y llamar por teléfono al párroco de la Franja de Gaza para expresar su cercanía con la población afectada por el conflicto.
El Vaticano ha confirmado que el Papa permanece en su habitación acompañado de colaboradores cercanos y, aunque puede moverse, no se levanta de la cama.
Las especulaciones sobre un posible sucesor han surgido en estos días difíciles, pero el cardenal Gherard Ludwig Müller, antiguo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha condenado las especulaciones prematuras.
Ahora es momento de rezar, no de pensar en quién será su sucesor, afirma Müller, quien considera que anticiparse a un cónclave es un contratestimonio de nuestra fe.
Mientras tanto, los cardenales residentes en Roma se han reunido para orar por la recuperación del Papa Francisco.
La Conferencia Episcopal Española también ha sumado su voz a las oraciones, y miles de fieles continúan dejando mensajes y flores frente al altar improvisado instalado cerca del hospital.