Alemania ante un nuevo desafío: la gran coalición se enfrenta al auge de la extrema derecha.
El resultado electoral alemán ha traído consigo una nueva era política marcada por el retorno de la gran coalición entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD), aunque esta vez con una tensión inédita.
El éxito histórico de Alternativa por Alemania (AfD), partido de extrema derecha, ha colocado a este grupo como la principal fuerza opositora en el Bundestag, convirtiéndose así en un actor determinante en el panorama político alemán.
La política migratoria se presenta como uno de los principales desafíos para el nuevo gobierno.La catedrática de Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Ana Sofía Cardenal, advierte: El electorado alemán exige endurecer las políticas migratorias y si no se atiende esta demanda, es muy probable que la AfD obtenga aún mayores resultados en futuras elecciones.
Este auge de la extrema derecha en Alemania sigue un patrón similar al observado en otros países europeos como Francia, según Cardenal.
La politóloga de la Universidad Complutense de Madrid, Ruth Ferrero, añade: Los partidos tradicionales se han centrado en defender el impacto económico positivo de los inmigrantes, pero han descuidado otras preocupaciones cruciales para los votantes, como el aspecto cultural y la seguridad.
La AfD ha logrado capitalizar estas inquietudes, convirtiendo al debate migratorio en un eje central de su campaña electoral.
Su éxito se refleja especialmente en la antigua RDA, donde gran parte de la población se siente marginada por la reunificación.
La reunificación alemana dejó a muchos ciudadanos de la Alemania Oriental como ciudadanos de segunda clase, explica Ferrero.
El cambio en el gobierno alemán también tendrá un impacto significativo en la Unión Europea. Frederic Mertens, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, considera que el nuevo canciller, Friedrich Merz, tiene una visión más europeísta que Scholz y podría trabajar junto a Macron para reforzar la UE en el actual tablero geopolítico.
Merz se posiciona como un firme defensor de Ucrania, con una postura más contundente que la del anterior canciller.
Se espera que Alemania incremente su apoyo al país en conflicto, incluso considerando la entrega de misiles Taurus a Zelenski, algo que Scholz siempre había rechazado.
Mertens prevé una relación tensa entre Merz y la administración estadounidense, tras el respaldo público de Trump a la AfD durante la campaña electoral.
Existe un malestar en Alemania por la injerencia de Trump en los comicios, afirma Mertens.
Otro reto crucial para el nuevo gobierno será reactivar la economía alemana, que se enfrenta a un tercer año consecutivo de recesión.
Mertens destaca la importancia de una rápida formación del gobierno para dar tranquilidad y seguridad a las empresas.
Ferrero advierte que la gran coalición ha dejado de ser tan grande debido a la disminución en el apoyo a ambos partidos tradicionales.
La política económica de la CDU se caracteriza por mantener un techo de gasto rígido, lo que dificulta la posibilidad de una reforma constitucional para ampliarlo.
Ferrero señala que no hay grandes esperanzas para un salto significativo en materia de innovación o inversión pública en el corto plazo, ya que Alemania necesita modernizar sus infraestructuras, redes de internet y su industria competitiva.
Por último, la dependencia energética alemana del gas ruso barato se presenta como un problema complejo a resolver.
La guerra de Ucrania ha obligado a Alemania a buscar nuevos mercados para cubrir sus necesidades energéticas.
Mertens no descarta que Merz intente reactivar las centrales nucleares en Alemania, una medida que Merkel había eliminado.