La Secretaría Tutelar de Salta lanza un llamado a la solidaridad al anunciar 34 convocatorias públicas para la adopción de niños, niñas y adolescentes que esperan encontrar una familia.
Esta iniciativa busca darles hogar a menores que, por diversas razones, no cuentan con familias biológicas o alternativas.
Matías Palomo, coordinador de la Secretaría Tutelar, resalta el compromiso del organismo en brindarles a estos menores la oportunidad de crecer en un ambiente amoroso y estable: Las convocatorias públicas son una herramienta fundamental para conectar niños que necesitan familias con personas dispuestas a darles un hogar.
Según datos proporcionados por Palomo, uno de los principales desafíos en el proceso de adopción radica en la demora en la asignación de familias, debido principalmente a las preferencias de los postulantes.
La alta demanda de niños menores de 2 años crea una desproporción con la oferta disponible, lo que alarga significativamente el tiempo de espera para quienes desean adoptar.
Frente a esta situación, las convocatorias públicas se presentan como una alternativa crucial: Buscamos dar visibilidad a estos niños y niñas que ya han sido declarados en situación de adoptabilidad y esperan impacientemente encontrar un hogar, explica Palomo.
Los postulantes que respondan a estas convocatorias serán evaluados bajo los mismos criterios que los solicitantes del proceso ordinario, pero con la ventaja de agilizar el procedimiento: Con la evaluación favorable, el legajo se envía directamente al juez de la convocatoria, iniciando inmediatamente el proceso de vinculación, detalla Palomo.
La Secretaría Tutelar enfatiza la importancia de considerar la adopción de niños mayores y de grupos hermanos, quienes suelen tener menos postulantes.
Estas son oportunidades para brindarles un hogar estable a aquellos chicos y chicas que más lo necesitan, remarca Palomo.
El coordinador invita a las familias interesadas en adoptar a acercarse a la Secretaría Tutelar para obtener información y presentar los documentos necesarios.
Este proceso no solo transforma la vida de los niños, sino también la de las familias que deciden abrir sus corazones y hogares, concluye Palomo.