La mujer que dejó de trabajar para vivir sin dinero:
Jo Nemeth, una australiana de 46 años, tomó la audaz decisión de abandonar su trabajo, regalarle sus ahorros a su hija y renunciar al sistema financiero hace diez años.
Motivada por un profundo sentimiento de descontento con el impacto del capitalismo en la sociedad y el medio ambiente, Nemeth se inspiró en el libro El hombre sin dinero, del autor Mark Boyle, quien vivió tres años sin usar moneda alguna.
Sentía una creciente desesperación por el sistema económico en el que vivimos y el daño que le estaba haciendo a otras personas y al planeta, incluso cuando intentaba comprar de manera ética, declaró Nemeth en una entrevista con The Guardian.
Su objetivo era crear un estilo de vida más sostenible y menos dependiente del consumo material.
La transición no fue sencilla.
Al principio, la comida representaba su mayor preocupación.Sin embargo, gracias a su huerto propio y a la generosidad de sus amigos quienes le ofrecían alimentos que ya no utilizaban, pudo satisfacer esta necesidad.
Nemeth profundizó en una economía basada en el trueque y la reciprocidad, donde la ayuda mutua y la colaboración se convertían en moneda de cambio.
Me costó un poco acostumbrarme a esa segunda parte.Es muy diferente al trueque o al comercio, que implica pensar en términos monetarios y transaccionales: te doy esto si me das aquello.
En los primeros tiempos, la gente decía: Ven y hazme esto y te daré esto y aquello a cambio.Y yo decía: No, simplemente vendré y haré el trabajo y no tienes que darme nada, relata.
Actualmente, Nemeth vive con su amiga Sharon Brodie, contribuyendo al hogar mediante tareas como cocinar, limpiar y cultivar huertos, creando productos como jabón, detergente y alimentos fermentados para reducir la huella ambiental de la familia.
Me encanta estar en casa y me encanta el desafío de cubrir nuestras necesidades sin dinero: es como un juego, comenta con satisfacción.
Su experiencia revela un camino alternativo a la vida basada en el consumismo y la acumulación material.
Nemeth ha encontrado seguridad y sentido en la comunidad, la cooperación y el minimalismo, demostrando que la riqueza no siempre se mide en términos monetarios.