El panorama de la ciberseguridad está experimentando una transformación profunda impulsada por la inteligencia artificial (IA), que, si bien ofrece nuevas herramientas para defenderse contra amenazas, también se ha convertido en un arma poderosa en manos de los cibercriminales.
El año 2025 promete ser un punto de inflexión en esta evolución, con el auge de los deepfakes y la automatización de ataques como desafíos críticos para las organizaciones.
La democratización del cibercrimen mediante la IA es una de las preocupaciones más urgentes, advierte el último informe de predicciones de Check Point Software, empresa líder en ciberseguridad.
Esta tendencia permite que grupos de hackers, incluso aquellos con recursos limitados, accedan a herramientas de inteligencia artificial para llevar a cabo operaciones sofisticadas a gran escala.
El uso de IA en ataques de phishing se volverá cada vez más personalizado, mientras que el malware adaptativo evolucionará en tiempo real para eludir sistemas de detección tradicionales.
La complejidad de estos ataques podría poner en riesgo la seguridad corporativa y las transacciones financieras.
Deepfakes: Amenazas a la Credibilidad Digital
Las redes sociales se convertirán en un nuevo campo de batalla, donde los deepfakes impulsados por IA alcanzarán niveles de realismo sin precedentes.
Estos videos y audios falsos podrían utilizarse para propagar desinformación, manipular opiniones y dañar reputaciones.
Un análisis de Kaspersky señala que el uso de audios y videos manipulados mediante deepfake y deepvoice se está volviendo cada vez más frecuente para crear trampas convincentes.
La capacidad de estos sistemas para imitar voces y rostros conocidos con precisión alarmante plantea serias dudas sobre la veracidad de la información en línea.
La Respuesta: IA como Escudo
Ante esta creciente amenaza, las organizaciones están adoptando tecnologías avanzadas para protegerse.
Los Centros de Operaciones de Seguridad (SOC) implementarán copilotos de IA para analizar grandes volúmenes de datos y priorizar amenazas, permitiendo respuestas más rápidas y eficientes.
Estas herramientas automatizarán la detección de amenazas y reducirán los falsos positivos, optimizando el trabajo de los equipos de seguridad.
Alejandro Botter, gerente de ingeniería de Check Point para el sur de Latinoamérica, explica que la IA generativa se ha vuelto masiva y está siendo adaptada para optimizar las tareas operativas de ciberseguridad.
Esta tecnología busca ayudar a mitigar la falta de personal calificado y permitir que los analistas de seguridad se concentren en eventos realmente importantes.
La transformación digital también está impactando en la estructura organizacional de las empresas, con una convergencia entre los roles de CIO y CISO, buscando una gestión integrada de riesgos en un entorno donde la IA y la nube híbrida son fundamentales.