: Toma de posesión incierta y tensión política maximal.
El escenario político venezolano está cargado de incertidumbre en vísperas de la toma de posesión del nuevo presidente, un puesto que se disputa entre el candidato opositor Edmundo González y el mandatario actual, Nicolás Maduro.
La situación se torna aún más compleja debido a las denuncias de fraude electoral por parte de la oposición y la condena internacional a la represión del régimen chavista.
El 10 de enero se avecina una jornada crucial que podría marcar un antes y un después en el futuro del país.
González, quien afirma tener las actas electorales que lo acreditan como presidente legítimo, busca asumir el poder con el respaldo de gran parte de la comunidad internacional, incluyendo el Parlamento Europeo y varios países latinoamericanos como Argentina, Uruguay y Panamá.
Su reciente visita a la Casa Blanca para reunirse con Joe Biden ha reforzado su posición frente al régimen chavista.
Maduro, quien se niega a reconocer la victoria de González, asegura que defenderá la paz durante la jornada y seguirá siendo el presidente de Venezuela.
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, advirtió que si González pisa Caracas será detenido inmediatamente, evidenciando la tensión que impregna el ambiente político.
El panorama se agrava con las denuncias de secuestro por parte de ambos bandos.Enrique Márquez, candidato independiente a la presidencia en julio pasado y defensor de una transición democrática, fue arrestado según el gobierno venezolano, mientras que González denunció el secuestro de su yerno por parte de encapuchados.
María Corina Machado, figura clave de la oposición venezolana, quien reapareció tras 133 días en la clandestinidad, ha calificado la situación como alerta mundial y ha denunciado un cerco policial a la casa de su madre como medida de presión del régimen.
La crisis política y económica que atraviesa Venezuela se intensifica con esta disputa por el poder.
La falta de transparencia electoral, la represión a la oposición y las denuncias de fraude han generado una profunda división en la sociedad venezolana.
El futuro del país pende de un hilo, y el mundo observa expectante la toma de posesión del 10 de enero.