El sistema eléctrico argentino se encuentra en alerta máxima ante la inminente llegada de una ola de calor histórica, que amenaza con superar récords de consumo energético y poner a prueba la capacidad del país para abastecer la demanda.
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) advierte que entre el 11 y el 17 de enero, las temperaturas alcanzarán valores extremos en todo el territorio nacional, con registros superiores a los 30C en la Capital Federal y valores aún más elevados en el centro y norte del país.
Esta situación meteorológica sin precedentes nos exige un esfuerzo conjunto para asegurar el suministro eléctrico, señaló un portavoz de CAMMESA. La empresa estima que la demanda energética podría alcanzar o superar los récords históricos de 597,7 GWh y 29.653 MW registrados previamente.
Se prevé que el jueves 16 de enero se alcance el pico de consumo, con una proyección de 29.662 MW, superando el máximo histórico del 1 de febrero de 2024.
Ante esta previsión, se están explorando todas las opciones para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
Se ha considerado la posibilidad de importar energía desde Chile, Uruguay, Bolivia y Brasil, dependiendo de la disponibilidad de cada país vecino.
La coordinación con nuestros pares internacionales es fundamental para afrontar este desafío, afirmó el especialista en energía Juan Pérez.
El Ministerio de Energía de Argentina también está trabajando intensamente para mitigar los potenciales riesgos.
Se han implementado medidas para optimizar la generación de energía a partir de fuentes renovables, como la solar y la eólica, y se están llevando a cabo campañas de concienciación pública para promover el uso responsable de la energía durante el período crítico.
La población argentina se encuentra en estado de alerta ante la posibilidad de cortes de energía.
La ola de calor no solo representa un peligro para la salud, sino que también puede afectar significativamente la actividad económica y social del país.
Se espera que las autoridades brinden actualizaciones constantes sobre la situación del sistema eléctrico y tomen medidas adicionales para proteger a la población del impacto potencialmente devastador de esta crisis energética.