Según testimonios de oficiales ucranianos y expertos occidentales, las fuerzas rusas emplean a estos militares asiáticos en tácticas peligrosísimas que se asemejan a una picadora de carne, donde los soldados avanzan en filas compactas por campos minados sin el equipamiento adecuado de protección.
Caminan en fila india, a tres o cuatro metros de distancia unos de otros.Si explota uno, los médicos van detrás a recoger a los muertos.
La multitud sigue avanzando, uno tras otro.Así es como atraviesan los campos minados, relata al diario The Times el teniente coronel Leopard del 33º batallón Big Cats de Ucrania.
Las acusaciones contra Rusia se basan en imágenes aéreas capturadas por drones que muestran a grupos de soldados norcoreanos avanzando sin protección hacia líneas ucranianas en campos abiertos y cubiertos de nieve.
No intentaron buscar refugio, lo cual era como un sueño para nuestros morteros y ametralladoras, declara al mismo medio Vitaliy, un soldado veterano ucraniano que participó en la batalla de Bajmut.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, estima que alrededor de 12.000 soldados norcoreanos han sido enviados a luchar por Rusia, con una cifra aproximada de 4.000 bajas según datos oficiales.
Estas revelaciones generan preocupación internacional sobre el uso deshumanizante de tropas en la guerra y las prácticas militares cuestionables empleadas por Rusia.
Expertos analizan que esta táctica puede ser una consecuencia del declive de las fuerzas armadas rusas y su necesidad desesperada de reponer sus pérdidas, recurriendo a soldados extranjeros con baja experiencia y sin el entrenamiento adecuado para enfrentar los campos minados.