El panorama económico argentino presenta un rayo de esperanza a pesar de los desafíos persistentes.

Si bien se vislumbra una recuperación gradual tras años de incertidumbre, expertos advierten que el camino hacia una estabilidad duradera es complejo y requiere medidas cautelosas.

Álvaro Pérez, contador público, destaca la existencia de señales alentadoras en el contexto actual.

El desafío para este año será sostener estos avances en un contexto político y social complejo, puntualiza.

Las próximas elecciones y los cambios en la escena política nacional podrían poner a prueba la capacidad del país para mantener el rumbo económico establecido.

Pérez también advierte sobre la influencia del escenario global, señalando que el impacto de la política económica mundial, como las decisiones de la Reserva Federal, las elecciones en Brasil y los precios internacionales de los commodities, tendrán un papel clave en nuestro desempeño económico.

A pesar de los progresos observados en algunos indicadores, Pérez reconoce que la recuperación será gradual.

Los índices de confianza del consumidor y del presidente aún no reflejan una mejora sustancial, aunque señala que existe una leve tendencia hacia el orden en este nivel.

La lentitud en la recuperación de la microeconomía es un tema de preocupación, pues se necesita un impulso significativo para generar empleos y bienestar social.

El experto también advierte sobre la necesidad de adaptación por parte del sector empresarial. Las empresas argentinas se enfrentan a un contexto desafiante donde las rentabilidades se han reducido y la competencia con productos del exterior obliga a repensar estrategias, señala.

La era de los ajustes inflacionarios para disimular errores empresariales ha pasado, según Pérez, y ahora exige una reinvención interna que muchas empresas aún no están preparadas para afrontar.

En el plano social, se observa un cambio en el comportamiento de las familias. Los salarios en términos de dólares han mostrado una recuperación significativa, lo cual ha impulsado a muchas personas a realizar compras o viajes al exterior, especialmente a países como Brasil y Paraguay.

Si bien este fenómeno refleja la mejora del poder adquisitivo de algunos sectores, también genera desafíos para sectores como el turismo interno que aún se encuentra en reconstrucción.

Pérez destaca que los sectores más vulnerables han logrado recuperar parte de su poder adquisitivo gracias a la moderación en la inflación de alimentos y las paritarias que superan los índices inflacionarios.

Señala que actividades como el comercio y el turismo seguirán enfrentando dificultades para recuperarse por completo.