El gobierno nacional ha iniciado el proceso de privatización de Belgrano Cargas y Logística, buscando así revitalizar el sector ferroviario argentino.
Esta decisión ha generado un intenso debate en torno a sus posibles beneficios y riesgos.
Diego Chaher, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas de la Nación, lidera los equipos técnicos responsables de elaborar los pliegos para esta privatización.
El modelo elegido contempla siete procesos de concesión diferenciados: una para las vías con derecho a cobro de peaje, otra para locomotoras, dos para vagones y otras dos para talleres.
Cada proceso incluirá el traspaso de los empleados correspondientes.
El objetivo del gobierno es triplicar el volumen de carga transportada mediante la ampliación de trenes y frecuencias.
Este modelo ha sido cuestionado por expertos como Jorge Waddell, abogado y profesor especializado en materia ferroviaria.
Waddell advierte sobre las dificultades que conlleva la fragmentación de la empresa ferroviaria, remarcando que este esquema europeo fracasó estrepitosamente en Inglaterra.
El ferrocarril históricamente funcionó como una empresa integrada, señala el experto.En el caso de Belgrano Cargas, Waddell reconoce problemas de gestión comercial y operativa, destacando el desaprovechamiento del material rodante.
A pesar de las críticas, el gobierno defiende la privatización como la única solución para modernizar y fortalecer el sector ferroviario argentino.
Se espera que una empresa operada con criterios comerciales pueda mejorar significativamente su eficiencia, aumentando la producción de toneladas transportadas y logrando una operación más racional.