La tensión política en Corea del Sur se intensifica tras la posible huida del presidente Yoon Sukyeol, quien enfrenta un presunto delito de insurrección por la declaración del estado de excepción el pasado diciembre.

Las autoridades policiales están rastreando su ubicación exacta, aunque no han confirmado con certeza si permanece en su residencia oficial en Seúl.

Un funcionario policial citado por Yonhap indicó que, debido a las circunstancias actuales, no es posible revelar públicamente la posición actual del presidente.

Se sabe que Yoon ha estado recluido mayoritariamente en su vivienda desde mediados de diciembre, cuando el Parlamento lo destituyó.

La incertidumbre sobre el paradero del presidente profundiza la crisis institucional y política que afecta al país desde la declaración del estado de excepción.

El pasado viernes, agentes de la Oficina para la Investigación de Casos de Corrupción para Altos Funcionarios (CIO) intentaron arrestarlo, pero fueron impedidos por el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS).

Se están barajando varias posibilidades, declaró Oh Dongwon, director del CIO, ante un comité parlamentario, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que Yoon haya huido.

Esta declaración alimentó las especulaciones y presión del Partido Democrático (PD), principal fuerza opositora, que ha insistido en una posible fuga desde el martes.

Un representante de la Oficina Presidencial aseguró a Yonhap que, según sus datos, el presidente se encuentra actualmente en su vivienda oficial.

La investigación contra Yoon por un supuesto delito de insurrección, único al que no es inmune un presidente surcoreano, continúa avanzando.

Si logra ser arrestado, los investigadores tendrían 48 horas para interrogarlo y solicitar una orden para prolongar la detención si lo consideran necesario.

Corea del Sur castiga a los líderes de un movimiento de insurrección con cadena perpetua o la pena capital, explicó un experto en derecho penal surcoreano.

Existe una moratoria sobre la pena capital desde hace casi 40 años.

El futuro político de Yoon se encuentra en suspenso mientras el Tribunal Constitucional delibera sobre su destitución por parte del Parlamento y podría tomar una decisión en junio.

La situación actual genera incertidumbre e inquietud entre la población surcoreana, que espera con ansiedad una resolución a la crisis.