La ciudad de Salta se vio envuelta en un intenso debate durante 1975 cuando el Interventor Federal, doctor Alejandro Mosquera, anunció su intención de cambiar el nombre de la calle Caseros por Brigadier General Juan Manuel de Rosas.
La iniciativa, que buscaba restaurar la paz según Mosquera, generó reacciones encontradas y silencios incómodos en los sectores políticos y sociales.
Esta declaración resonó en la ciudad, evocando recuerdos complejos sobre Rosas.Para algunos, era un símbolo de tiranía, mientras que otros lo veían como un prócer nacional.
Las voces discordantes se multiplicaron, con figuras prominentes como Horacio Bravo Herrera y Juan Carlos Cornejo Linares, quienes defendieron la postura oficial a través de comunicados sin mayor profundización argumental.
La propuesta también encontró un fuerte rechazo en el seno del peronismo salteño. Juan José Castellanos, en una carta publicada por El Tribuno, criticó tanto la iniciativa como la figura misma de Rosas, recordando que la libertad derrotó a la tiranía en la batalla de Caseros.
La controversia sobre el nombre de la calle se mezcló con otra polémica: la clausura del Bajo Grande, conocido centro de diversión de Salta en ese entonces.
El intendente Márquez Sosa, siguiendo órdenes desde Córdoba, cerró varios bares y hoteles por moralización pública bajo la premisa de una vieja ordenanza.
La acción generó indignación y rechazo entre los comerciantes y vecinos del área, quienes vieron en el cierre un ataque a su forma de vida.
Tras una semana de clausuras, la campaña fue suspendida abruptamente con una nueva ordenanza que derogaba la anterior.
Los negocios reabrieron sus puertas, pero la sombra del conflicto social persistió.
La historia del cambio de nombre propuesto para la calle Caseros y la clausura del Bajo Grande revela un complejo contexto político y social en Salta durante la década de 1970.
Las iniciativas tomadas por el Interventor Federal no solo marcaron una época, sino que también dejaron un legado de debate e incertidumbre sobre la memoria histórica y los valores morales de la ciudad.